CC OO cree que es un caso de discriminación y ha presentado el problema ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación
JOSÉ PARRILLA - VALENCIA
La empresa adjudicataria de la contrata de jardines de la zona norte de Valencia ha impedido la incorporación al trabajo a una mujer embarazada de cinco meses después de haber firmado el contrato, haber pasado el reconocimiento médico y presentarse al tajo incluso con el uniforme de faena. La joven cree que se trata de una discriminación por su embarazo y se ha dirigido, a través de Comisiones Obreras, al Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) para tratar de resolver el problema. También ha comunicado su caso a la alcaldesa de Valencia y a la Conselleria de Bienestar Social.E. B. L., de 26 años de edad, es madre de una niña y en la actualidad va por el quinto mes de embarazo de la segunda. Desde hace ocho años viene trabajando durante el verano en este servicio de jardinería, donde sus padres tienen un puesto fijo. Y este año se apuntó como siempre a la bolsa de trabajo constituida para cubrir las aproximadamente 80 vacantes que se producen por vacaciones del personal.
"El día 22 de junio -relata- me llamaron para firmar el contrato, pasé el reconocimiento médico y me dieron la ropa para incorporarme el día 2 al trabajo". Ese día acudió a Viveros y "el técnico empezó a asignar puestos a todo el mundo menos a mí". "No me dieron ninguna explicación, sólo le dijeron al representante sindical que no había trabajo para mí", explica.Después de cuatro horas esperando, la joven se dirigió a Comisiones Obras y han pedido la intervención del SMAC, donde espera resolver el problema o al menos saber algo más de lo que ha pasado, porque, de momento, "la empresa no me ha rescindido el contrato ni me ha despedido ni me ha comunicado nada oficialmente", dice.
En su opinión, se trata de un caso de discriminación por su embarazo, pues a pesar de estar en el quinto mes de gestación puede hacer la mayoría de las labores que le encomienden. "Cuando pasé el reconocimiento médico -afirma- sólo me dijeron que no tirara veneno".Está muy afectada también porque el técnico en cuestión la "amenazó con tomar represalias contra sus padres si decía algo".
Cándida Barroso, responsable de Mujer de Comisiones Obreras, lamentó el hecho de la discriminación en sí mismo y más aún en el caso de esta joven, que tiene cargas familiares y está en paro, lo que significa que está en riesgo de exclusión social. De hecho, el próximo mes de septiembre dejará de cobrar y su compañero también está desempleado.Barroso lamentó que tanto la Generalitat como el ayuntamiento tengan planes de igualdad y luego pasen estas cosas. Se pregunta, y le pregunta al conseller Juan Cotino, si tendría que haber dicho que quería abortar para que alguien le ayudara.
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