lunes, 13 de julio de 2009

Entrevista: a la matrona LOLI GARRIDO «La lactancia debería contarse en la escuela»

ESTA MATRONA DEFIENDE LOS BENEFICIOS DE PRÁCTICAS POCO CONOCIDAS EN ESPAÑA. COMO LA RELACTACIÓN PARA QUIENES SE ARREPIENTEN DE NO DAR EL PECHO
LUIS PARDO
Un activismo en pro de los beneficios de la lactancia materna no descansa ni en su tiempo de ocio. Loli Garrido, matrona de profesión, aprovecha que en su entorno familiar hay varios profesores para sugerirles una idea: que las niñas aprendan desde la escuela que los pechos femeninos pueden tener una función aparte de la puramente sensual. «En cambio», afirma tajante, «nos cuentan desde pequeñas cómo funciona el corazón. Antes no hacía falta que nos dijeran nada porque lo veíamos en casa y, por eso, era normal que las crías se colocaran los muñecos al pecho». En una jornada reciente celebrada en su Hospital, el Universitario Príncipe de Asturias de Madrid, Loli se marcó un objetivo: que se conociera la existencia de prácticas comunes en otros países como la lactancia inducida para las que quieren dar de mamar sin haberse quedado embarazadas o la relactación para las 'arrepentidas' que quieren dar el pecho.
Pregunta.- ¿Por qué son tan infrecuentes estas prácticas en nuestro país?
Respuesta.- Porque requieren, como paso previo, que la lactancia materna esté muy generalizada y eso, desafortunadamente, no pasa en España, aunque también es verdad que la situación está mejorando. Aun así, la gente desconoce la capacidad que tienen las mujeres de lactar independientemente del embarazo. Desde luego que la gestación lo favorece. Al dar a luz se produce la salida de la placenta y, con ella, el cambio hormonal que va a disparar de manera involuntaria el mecanismo de la lactancia. Pero eso no significa que no se pueda amamantar sin que haya parto.
P.- ¿Por qué se ignora esta opción tan válida, por ejemplo, para las mujeres que adoptan bebés?
R.- Es complicado que a alguien se le ocurra de forma espontánea que puede dar de mamar a un bebé sin embarazo. Las que lo hacen suelen estar en contacto con grupos de apoyo a la lactancia. Son prácticas que han permanecido en sociedades muy pobres por motivos dramáticos: cuando se muere una madre no existe, como aquí, la alternativa del biberón. En los países desarrollados, a partir de los años setenta se fue perdiendo la lactancia y ahora, cuando una mujer hace un primer intento y no tiene éxito, pasa directamente al biberón.
P.- ¿Debería pensárselo más?
R.- Sí. Algo falla cuando tenemos que celebrar jornadas para explicar ventajas que cualquier madre debería tener claras. Un ejemplo: si ingresa en el hospital al poco de dar a luz por un ataque de apendicitis, lo normal es que se le retire la leche con la intervención quirúrgica, el susto, etcétera. Pues luego, lo normal también sería que se planteara volver a dar el pecho y, sin embargo, no es así.
P.- ¿Hay medicamentos que ayuden a recuperar la lactancia o inducirla si no hay embarazo?
R.- Puede plantearse su uso, pero cuando nada funciona: ni la estimulación del bebé, ni el sacaleches, ni la extracción manual. En principio, la técnica recomendada es, simplemente, querer dar de mamar. Al succionar, el bebé induce la generación de la hormona prolactina y, con ella, la producción de leche. También es necesario que la mamá esté todo lo tranquila y relajada que pueda.
P.- ¿Hay peligro de que se sienta frustrada si no lo consigue?
R.- Antes hay que decirle que lo importante es intentarlo y que, aparte de alimentar al bebé, se está creando un vínculo emocional que no proporciona el biberón. Es algo que deben tener en cuenta las mujeres que adoptan lactantes.
P.- ¿Qué falla para que tan pocas mujeres den el pecho durante los seis meses aconsejados?
R.- Primero habría que aclarar que cada una es libre de dar o no el pecho. Ahora bien, la que decide amamantar debe tener todas las facilidades posibles y, hoy por hoy, son muchos los factores en contra. Podemos pasarnos el día recordando que la lactancia supone para el pequeño menos riesgo de alergias, obesidad, problemas respiratorios, etcétera, y todo será en vano si esa madre luego no tiene el apoyo de su pareja o carece de ayudas para cuidar a varios hijos más. También es fundamental que disponga de los seis meses de baja maternal que recomienda la Asociación Española de Pediatría.

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