martes, 2 de septiembre de 2014

¿La Escuela sin miedo?

 Por Luisa Pereira

Un abordaje a la Pedagogía según Rudolf Steiner

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Parece inevitable en nuestra civilización que la trayectoria escolar de una persona esté ligada al miedo. Conocemos las historias de “cuartos oscuros, de castigos físicos, de orejas de burro, de permanencia durante horas extraordinarias, etc., etc. Felizmente las sucesivas legislaciones han venido a refrenar esas medidas “pedagógicas”.
Entretanto el miedo no desaparece. Conocemos casos de crisis asmático-nerviosas, de vómitos, de diarreas, de insomnios, de tartamudeos, de violencia gratuita, de estados de apatía continuado. Con ayuda de los médicos y de los psicólogos, padres e hijos desorientados llegan a la conclusión de que frecuentemente la primera causa de ese desequilibrio psicosomático es la escuela.

 ¿La escuela?, ¿hoy en día? Si se analizan las escuelas, publicas o privadas, religiosas o laicas, estas presentan casi siempre un idéntico problema: hay profesores que se llevan muy bien con sus alumnos, y en ese caso las cosas discurren bien; hay otros que no tanto, y ahí no van tan bien. En realidad el MIEDO está presente en todas ellas. ¿Miedo de qué?
 Miedo de casi todos; de los exámenes, de las notas, del trabajo a entregar, de decepcionar a los padres o a los profesores, de dar el salto en el “plinto”, de ir a estudiar y montar e el autobús de la escuela, de escribir en el folio las reglas del voleibol, de no tener pareja en el colegio, de no ser escogido para el equipo en un torneo, de ser llamado a la dirección, de no acertar con las fórmulas químicas, de los alumnos de cursos superiores, de los juegos en el patio, del profesor de matemáticas, de VIVIR.
La mayoría de estos miedos vienen de la consciencia que tiene el niño de que, cuando sea evaluado, no obtenga aquellos misteriosos objetivos mínimos que él supuestamente debe conseguir, y que le fueron expresamente explicados al inicio del curso. A partir de ese momento el niño perdió su inocencia en la espontaneidad de preguntar y aprender: él sabe que todo lo que diga, haga y muestre es con vistas a la evaluación y pasa a estar envuelto en una atmósfera de miedo difuso. El castigo, antes exterior, se interioriza, agrediendo ahora al niño en sus sistemas orgánicos. Ya no le duelen las manos o las nalgas: él se tornó asmático o sufre vómitos frecuentes.
 Tenemos que reelaborar toda la concepción de escuela y de la praxis pedagógica, incluyendo el concepto de evaluación, y por qué  ella existe.

La pedagogía Waldorf
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 En 1919, Rudolf Steiner, ingeniero austriaco, posteriormente doctorado en filosofía, fundó en Stutgart (Alemania), la primera escuela libre, ligada a la fábrica de cigarros Waldof-Astoria. Los alumnos eran hijos de obreros, de directivos y también de padres ajenos a la fábrica, que optaban por la pedagogía allí seguida, basada en el estudio profundo del Conocimiento de la Naturaleza Humana. Actualmente son más de 500 escuelas repartidas por todo el mundo.
 De acuerdo a su concepción, el Hombre es un ser físico, anímico y espiritual, cuyo desenvolvimiento se desarrolla en fases, cada una de ellas con necesidades particulares. Estas fases exigen una práctica pedagógica adecuada, que solo es posible conseguir a través del estudio de la Naturaleza Humana.
 Así, durante los primeros siete años de vida el niño va completando (metamorfoseando) sus órganos vitales, hasta que alcanzan su forma definitiva, más o menos en la edad de entrada a la escuela. En este primer septenio se entrega desprotegido y confiado al cuidado de terceros, normalmente los padres, de quienes va recibiendo amor y cariño, aunque también modelos y orientaciones de vida. En esta fase el niño aprende por imitación: exterior, en lo que se refiere a los gestos de todos los días, a las actividades básicas de higiene, alimentación, vestido, caminar, hablar; e interior, porque en el niño se da inconscientemente la imitación de la cualidad de los estados del alma del adulto con quien convive y aprende a pensar.
 El niño siente (presiente) la alegría o la angustia, la honestidad o la hipocresía, el amor o la indiferencia. Todo el medio envolvente está en comunicación “no filtrada” con el alma infantil, que se le entrega plena de confianza. Todas las vivencias –y su cualidad- penetran en el niño actuando sobre el proceso de metamorfosis de sus órganos. De ahí que determinadas emociones vividas en ese periodo se manifiesten mucho más tarde, ya en la madurez, como son enfermedades orgánicas crónicas más o menos graves. Si, por ejemplo, el ambiente en que creció fue saludable y sin mezquindad, con personas tendentes al bien, es probable que disponga de una constitución orgánica robusta y saludable.
 Es evidente que muchos otros factores pueden influenciar o determinar estados de debilidad físicas, aunque eso no invalida, sino refuerza la necesidad de proporcionar al niño hasta los siete años una atmósfera familiar y social (jardín de infancia) que le permita completar una formación saludable de sus órganos, base para toda su vida. Para ello es necesario que todos los sentidos sean estimulados naturalmente, por lo que se debe cuidar de las cualidades del sonido, del color, de los materiales, de la alimentación y del calor. Este cuidado, más allá de mimar establece cimientos para el futuro, fortaleciéndole la VOLUNTAD. El cotidiano día a día en el jardín de infancia, reproduciendo tanto como sea posible una gran familia, con su ritmo natural de trabajar y jugar, con las historias que los abuelos cuentan a sus nietos, constituye el ambiente propicio para el desenvolvimiento feliz del niño.
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 Cuando se alcanza la edad de 7 años y se ingresa en la escuela, (la tendencia actual es de precocidad, con los peligros que cualquier precocidad contra-natura puede traer consigo), la mayoría de las fuerzas vitales que se aplicaban a su organismo quedan disponibles y pueden ser asignadas a un aprendizaje sistemático. La imitación, aunque actuante (subsistirá hasta el final de la vida), va perdiendo relevancia, y lo que se torna ahora importante es el deseo de admirar, de venerar a alguien que le revele el mundo exterior. El niño hace mucho que se apercibió de su existencia, aunque no se le entrega incondicionalmente como antes. Ahora él se recoge frecuentemente en su mundo interior y precisa de un mediador en quien pueda confiar, como antes confió en su medio envolvente. Ese mediador querido (en el sentido de querer y amar), para quien el niño eleva todo su ser interior en un acto de veneración genuina, será a ser posible el profesor –aquél que le muestra la belleza del mundo ante sí-.
       Cuando esto es conseguido el deseo espontáneo de aprender es alimentado por el sentido de lo  bello descubierto en cada aspecto del mundo. Cabe  al profesor despertar en el alumno el sentido artístico practicando globalmente los aprendizajes necesarios. Y una vez más no se trata solo de actividades exterior: el pintar, modelar, tocar música, satisfacerse de una actitud interior de mirar, oír, ver, escuchar –de sentir-. Y es en esta fase en que se desenvuelve el SENTIR, a través de la belleza del sonido de la palabra y la frase; de la belleza de las letras y de la belleza en verdad de los números; de la belleza del insecto, del árbol, de la lluvia y de la arena. Por amor al profesor, por lo que de bello él le transmite del mundo exterior, el alumno se esfuerza en hacer bien todo lo que le es propuesto. Lo hace al principio por el profesor, aprendiendo gradualmente a amar ese mundo; progresivamente pasará a esforzarse por la cosa en sí, porque vale la pena. Una vez más es aquí necesario crear un ambiente –en la escuela- que no contradiga la sensibilidad que despierta y se desenvuelve. El aula adquiere una enorme importancia: el color, la luz, los dibujos y pinturas, todo lo que envuelve al alumno puede hablarle de belleza o de fealdad. Las materias se presentarán de forma artística para evitar el desencanto y el peligro del desinterés o hasta la perversidad. Es conveniente trabajar los cuentos, las leyendas y fábulas, extractos del Antiguo Testamento, mitos o sagas de otros pueblos y biografías significativas, dándole la imagen del Hombre y su Historia, entre el bien y el mal.
      
       En el tercer septenio el raciocinio que ya se va desenvolviendo  gana nuevas dimensiones y el joven entra en la fase de formulación de juicios fundamentados. Él dispone ahora de fuerzas de PENSAMIENTO para penetrar la verdad del mundo con sus capacidades intelectuales y manuales: ciencias naturales y sociales, filosofía, artes, tecnologías. Indaga a través del especialista el porqué de los fenómenos y de sus leyes, ya naturales o sociales. Ansía intervenir en ese mundo real y, más allá de las clases teóricas y prácticas, participa en granjas de agricultura, en fabricas e instituciones sociales (infantiles, de salud, de 3ª edad, etc.) donde toma contacto con el área de trabajo en que posiblemente se convertirá de profesional, aunque principalmente tiene la oportunidad de conocer aquellas en que no trabajará, ¡lo que es de extrema importancia!
       Del Primer al Octavo año el profesor enseña al cuerpo central de las disciplinas curriculares, fijando las específicas a la responsabilidad de profesores propios: euritmia, música, educación física, lenguas extranjeras y talleres. Durante este periodo el profesor puede acompañar individualmente a los alumnos y conocer a sus familias. Las memorias anuales de evaluación no son nunca clasificativas, sino descripciones del recorrido efectuado y orientadores para el futuro próximo. Son de una gran intimidad, trasmitiendo al alumno la confianza de ser conocido profundamente por el profesor y dándole seguridad en cuestiones sobre el camino a seguir.
      
       Del Noveno al Décimo segundo año todas las materias son enseñadas por profesores especializados. Esta fase el interés es objetivo y solo aquel que es adecuado en la respectiva área implementándose de acuerdo con el joven. La evaluación cualitativa puede comenzar a presentar indicadores clarificativos, principalmente para los que se preparan para ingresar en la enseñanza superior, sujetándose voluntariamente a las respectivas pruebas de acceso. Aquí el examen es inherente al camino por el que se optó –estudios superiores- y si, muy legítimamente, el miedo está presente, es un miedo concreto, preciso, dominable por el individuo.

La llamada de la libertad.
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 Llegado al fin de la escolaridad, alrededor de los 18 años, todos los alumnos tendrán la oportunidad de conocer y ejercitar las áreas teóricas y prácticas que los habilitarán para escoger inmensas posibilidades profesionales: de ebanista a arquitecto, de orfebre a médico, de jardinero a músico, de electricista a abogado, la lista es casi infinita. No es raro que un joven, después de haber superado los exámenes de acceso a la universidad, opte a continuación por una profesión manual. En la escuela se le transmitió el sentido de dignidad de CUALQUIER área del trabajo humano, y si bien perteneciente a una sociedad de discurso diferente, frecuentemente encuentra en sí la fuerza individual para seguir una profesión que le de felicidad y realización personal, normalmente ligada a la estética o lo social.
 Habiendo desarrollado un programa curricular adecuado a cada fase de su desenvolvimiento, puede adquirir confianza en sus capacidades y estará preparado para enfrentar como joven adulto a lo largo de la vida los desafíos que esta le presente. El miedo surgirá siempre y de nuevo, puntual, objetivo aunque la autoconfianza le permitirá controlarlo, superarlo y muy posiblemente, solucionarlo.
 Las escuelas Waldorf siguen una pedagogía para la libertad –y ¿Qué es la libertad, sino la liberación de los miedos que aprisionan al Hombre y lo compelen a tomar actitudes erradas contra la Naturaleza, contra los otros y contra sí mismo?-.
Luisa Pereira
Licenciada en Historia, Profesora de Enseñanza Secundaria;
Formada en la Escuela Libre Antroposófica de Mannheim, en Alemania.
Extraido de: www.revistabiosofia.com

miércoles, 27 de agosto de 2014

POR SI ACASO TE MUERES UN DÍA: Documental

Os dejamos este video tan bueno, así como la información sobre su realización y contenido, espero lo disfruteis.


A continuación os dejamos la información de los creadores de este trabajo. "Un documental realizado por el Centro Nagual sobre la naturaleza del ser humano y el desarrollo de la conciencia. www.porsiacasotemueresundia.com. Toda la información sobre el documental y las actividades del centro nagual en nuestra web.

Si te ha gustado nuestro documental, déjanos tu opinión en comentarios y ayúdanos a difundirlo compartiéndolo en las redes sociales.


Si quieres recibir información de otras actividades de nuestro centro, o el boletín de noticias, chistes iniciáticos y recomendaciones web no dejes de visitar nuestra web y su blog y déjanos tus comentarios.




MÁS INFORMACIÓN:

Dirigido por Mariano Alameda con 12 entrevistas a maestros y especialistas de diferentes tradiciones de conocimiento: Oswaldo Bola (Chamanismo Andino-Amazónico), Stanislav Grof (Psiquiatría), Raymond Moody (Psiquiatría), Mónica Cavallé (filosofa), Ramiro Calle (Yoga), Saúl Martínez (Tantra), Dokushô Villalba Roshi (Budismo Zen), Evânia Reichert (Educación Infantil), Jose Miguel Gaona (Psiquiatría), Sergio Villoldo (Onirodinámica), Eric Rolf (la Medicina del Alma).

Un documental en 4 partes:
1.- Crisis
2.- Infancia
3.- Curación
4.- Despertar

Una producción del Centro Nagual de Madrid.

"A medida que iban pasando las actividades, los ponentes y las prácticas en nagual, me iba dando cuenta de que era necesario dejar constancia de toda esa sabiduría que los ponentes dejaban en nuestro centro. Comenzamos a grabar entrevistas a los maestros invitados, buscando el material necesario para elaborar un documental que resumiera lo que consideramos esencial en el ser humano; ese conocimiento y esas experiencias que uno debería poder saber y experimentar antes de que este regalo de la vida acabe. La vida es un misterio inabarcable, pero hay un conocimiento unificado, perenne e imprescindible si uno quiere abrirse a la esencia de la naturaleza original del ser humano. Por si acaso te mueres un día, quizá tengas que conocer eso en lo que todas las tradiciones se ponen de acuerdo."

El documental cuenta con cuatro partes, que pretenden aclarar estos aspectos:

¿Qué es una crisis social y/o personal y como se sale de ella?
¿Cómo podemos educarnos y educar a los niños de la mejor manera posible?
¿Qué es la enfermedad y el sufrimiento y cuál es la mejor manera de curarlo?
¿Quiénes somos, qué hacemos aquí?

Mariano Alameda:

Licenciado en Comunicación. Director y co-fundador del Centro Nagual de madrid. Terapeuta transpersonal. Creador de la psicosmología. Profesor de Yoga Tradicional. Estudioso de la sabiduría perenne y de las tradiciones espirituales comparadas. Ha viajado por el mundo estudiando las tradiciones chamánicas, budistas, yóguicas, tántricas y del conocimiento occidental. Escritor, artista, conferenciante.

Si deseas recibir algunos de los ponentes o quizá proponerle a alguno impartir un seminario específico en tu ciudad, no dejes de ponerte en contacto con nosotros y le transmitiremos la información al especialista por si pudiera ser posible.

Otra información puedes conseguirla escribiendo a nagual a info@centronagual.es o al 912990864

Muchas gracias por tu visita. Nuestros mejores deseos para tí y los tuyos"

martes, 18 de febrero de 2014

LA EDUCACIÓN EN LA NUEVA ERA, por Alice Bailey

En la actualidad, la educación se ha convertido en una cuestión de importancia fundamental en todo el mundo. Las necesidades de la educación bajo las condiciones modernas de las relaciones internacionales y a la luz de una nueva civilización emergente, no sólo ocupan la atención de esos países que ahora, por primera vez en la historia, proporcionan educación a lasmasas de sus pueblos, sino también la de países en los que hace ya tiempo que existe algún tipo de educación obligatoria. ¿Cuáles deberían ser los principios y propósitos subyacentes a las nuevas técnicas educativas? ¿Cuáles deberían ser estas técnicas?
En este folleto se presentan ciertas ideas y conceptos fundamentales para la educación en todas sus facetas, y en las numerosas circunstancias diferentes del mundo moderno.

La Educación Pasada y Presente

Hasta el momento actual, la educación se ha ocupado en su mayor parte del arte de sintetizar la historia y logros del pasado en todos los sectores del pensamiento humano, así como del conocimiento alcanzado hasta la fecha. La educación ha mirado principalmente hacia atrás y no hacia adelante.
Los valores de la educación moderna siguen siendo en su mayor parte competitivos, nacionalistas y, por tanto, separatistas. El niño llega a considerar los valores materiales como de la mayor importancia, a creer que su propia nación es también de la mayor importancia y que toda otra nación es secundaria. Esto ha nutrido su orgullo y fomentado la creencia de que él, su grupo, su religión y su nación, son superiores a las demás personas y pueblos. En consecuencia, se convierte en una persona unilateral, con unos valores respecto al mundo erróneamente ajustados y unas actitudes hacia la vida caracterizadas por la parcialidad y el prejuicio.

La educación también se ha ocupado de la organización de la mente inferior (o puramente racional, en contraposición a las facultades creadoras e intuitivas). Se considera que los requisitos mínimos son leer, escribir y poseer nociones de aritmética elemental. Se enseña a los niños los rudimentos del arte, a fin de permitirles actuar con la eficacia necesaria en un campo competitivo y en su entorno particular.
El idealismo natural del niño (¿y qué niño no es un idealista innato?) ha sido lenta y firmemente ahogado por el peso del materialismo de la máquina educativa del mundo.

Poco a poco este desastroso estado de cosas ha ido cambiando de manera que hoy, en muchos países, el bienestar del Estado mismo y la necesidad de la nación se mantienen ante el niño, desde su más temprana edad, como el ideal más elevado posible. Ello constituye un claro avance en la expansión de consciencia que la raza humana debe realizar, porque los objetivos de todo esfuerzo evolutivo son la expansión de la consciencia y el desarrollo de una sensibilidad creciente y de una consciencia perceptiva del todo mayor. Puede observarse otro avance en el hecho de que en todas partes y en todos los países se enseña a los hombres a ser exponentes de ciertas ideologías grupales. Estas ideologías son, en último análisis, sueños, visiones o ideas que se materializan.

Hoy, destacados pensadores pedagógicos y organizaciones, incluyendo la UNESCO a nivel mundial, están acentuando crecientemente las necesidades y los objetivos éticos, morales y espirituales de los procesos educativos. Por tanto, es evidente que detrás del caos y del tumulto superficial presentes hoy en la consciencia de la humanidad, los seres humanos comienzan a fusionar en sí mismos tres estados de conciencia: la del individuo, la del ciudadano y la del idealista. Indudablemente, el sentido de percepción mundial de la humanidad está aumentando.

Surge aquí el interrogante: ¿cuál será el próximo desarrollo evolutivo en el mundo de la educación?

La Tarea y Objetivos de la Nueva Educación

La educación tiene tres objetivos principales, desde el ángulo del desarrollo humano:
Primero: Debe hacer del hombre un ciudadano inteligente, un progenitor sensato y una personalidad controlada, capaz de desempeñar su papel en el trabajo del mundo de forma armoniosa y constructiva.
Segundo: Debe eliminarse la separación existente entre la mente inferior y el alma. El verdadero trabajo de educación consiste en instruir al hombre en el correcto discernimiento y en la debida sensibilidad hacia las ideas e ideales morales y espirituales, para que pueda construir fielmente de acuerdo al propósito de su alma y producir en la tierra lo que será su contribución al todo. Curiosamente, la humanidad ha reconocido siempre esto y, por lo tanto, ha hablado en términos de "alcanzar la unidad" u "obtener el alineamiento", intentos todos de expresar esta verdad comprendida intuitivamente.

Tercero: Debe capacitarle para eliminar la separación entre los diferentes aspectos de su propia naturaleza mental. Esto incluye la construcción del puente entre la mente inferior y el alma. Estos aspectos son:

  1. La mente inferior concreta, el principio razonador, la mente receptiva, tal como la consideran los psicólogos. Nuestros procesos educativos actuales procuran ocuparse de este aspecto del hombre.
  2. El “hijo de la mente”, la mente individualizada, que podríamos denominar ego o ALMA. Éste es el principio de la inteligencia, conocido bajo nombres como el Ángel solar o el principio Crístico. En el pasado, la religión ha procurado ocuparse de esto.
  3. La mente abstracta superior, la mente iluminadora, el custodio de las ideas. Esta mente imparte la iluminación a la mente inferior cuando esta se halla en armonía con el alma. De este mundo de ideas ha procurado ocuparse la filosofía.
Por consiguiente, la verdadera educación es la ciencia de vincular las partes integrantes del hombre y también de vincularlo, a su vez, con su medioambiente y luego con el todo mayor en donde debe desempeñar su papel. Esto incluye el proceso de obtener datos y luego aprender a deducir y extraer de tal información cuanto pueda ser de utilidad práctica en cualquier situación dada, e implica el proceso de adquirir sabiduría, como una ramificación del conocimiento. Es el poder de aplicar el conocimiento de tal forma que producirá, como resultado natural, una forma de vivir sensata y un punto de vista comprensivo, más una técnica de conducta inteligente. Finalmente, constituye el proceso por el cual se cultiva la unidad o el sentido de síntesis.

Por lo tanto, la educación futura debería abarcar el entrenamiento para la ciudadanía, la paternidad y la comprensión mundial y podría definirse, en un sentido nuevo y más amplio, como la ciencia de las correctas relaciones humanas y de la organización social.

La tendencia general de la nueva educación debería ser, por lo tanto, más psicológica que en el pasado y, en el futuro, los educadores deberán poner el énfasis sobre:

  1. El desarrollo de un control mental de la naturaleza emocional.
  2. La visión, o la capacidad de ver más allá de lo que es, a lo que podría ser.
  3. El conocimiento objetivo y heredado, al cual será posible superponer la sabiduría del futuro.
  4. La capacidad de manejar sabiamente las relaciones y de reconocer y asumir la responsabilidad.
  5. El poder de emplear la mente de dos maneras:(a) Como "sentido común", analizando y sintetizando la información transmitida por los cinco sentidos.(b) Como un foco de luz que penetra en el mundo de las ideas y de la verdad abstracta.
Finalmente, la educación debería presentar la hipótesis del alma en el hombre, como factor interno que produce lo bueno, lo verdadero y lo bello. Este factor interno o alma se expresa en cada ser humano como una cualidad peculiar que podría denominarse "percepción mística". Esta cualidad de percepción mística incluye:

  1. La visión mística del alma, de Dios y el universo.
  2. El poder de contactar y valorar el mundo de significados.
  3. El poder de amar y de exteriorizarse hacia aquello que es distinto al yo.
  4. La capacidad de captar e intuir ideas.
  5. La habilidad de sentir lo desconocido, lo deseable y lo deseado. La consiguiente determinación y persistencia que permite al hombre buscar, investigar y exigir esa realidad desconocida. Esta tendencia mística es lo que ha producido los grandes místicos de renombre mundial y el sinnúmero de exploradores, descubridores e inventores.
  6. El poder de sentir, registrar y dejar constancia de lo bueno, lo bello y lo verdadero. Esto es lo que ha formado al escritor, al poeta, al músico, al artista y al arquitecto.
  7. El anhelo de descubrir y penetrar los secretos de Dios y de la naturaleza. Esto ha producido al científico y al hombre religioso.
Por lo tanto, la "percepción mística" es, ni más ni menos, el poder, innato al hombre, de ir en busca de lo que es mayor y mejor que él y captarlo. Es el poder de valorar y de esforzarse en pos de un bien aparentemente inalcanzable.

Por lo tanto, el objetivo de la educación debería ser el entrenamiento del mecanismo de la personalidad, a fin de que responda a la vida del alma. La expresión creativa y el esfuerzo humanitario tendrán entonces una base espiritual y se obtendrá una respuesta más realista a la pregunta: ¿qué es el hombre? Esto abrirá ante la juventud del mundo todo el problema del liderazgo y del móvil. El contenido de la mente del estudiante no sólo se enriquecerá con los hechos históricos y literarios, sino que su imaginación se disparará y se evocará su ambición y aspiración a lo largo de líneas verdaderas y correctas.

Desarrollo y Estudio del Niño

Existe una necesidad urgente de desarrollar medios más adecuados para comprender y estudiar al niño y a los jóvenes, si queremos alcanzar los objetivos de la nueva educación. La educación futura sólo puede construirse sobre una valoración exhaustiva de la naturaleza y la constitución del hombre y de los procesos de su desarrollo.

La secuencia del crecimiento del niño, basada en el proceso de desarrollo del ser humano, puede clasificarse brevemente de la siguiente manera:

  1. Respuesta al impacto, el despertar de los sentidos del niño. Éste comienza a oír y ver.
  2. Respuesta a la posesión y la adquisición. El niño empieza a apropiarse, se vuelve autoconsciente y busca su yo personal.
  3. Respuesta al instinto que rige a las naturalezas animal y del deseo, y a las tendencias humanas.
  4. Respuesta al grupo. El niño se vuelve consciente de su medio ambiente y de que él es parte integrante de un todo.
  5. Respuesta al conocimiento. Esto comienza cuando se imparten datos informativos que conducen al interés, la correlación, la síntesis y a la aplicación a la vida.
  6. Respuesta a la necesidad innata de investigar. Ello conduce al experimento en el plano físico, a la introspección en el plano emocional, al estudio intelectual y a una condición de actividad mental.
  7. Respuesta a la presión económica y sexual y a la ley de la supervivencia. Esto le obliga a utilizar su equipo y conocimientos, a ocupar su lugar como factor en la vida grupal y a promover el bienestar grupal, mediante algún aspecto de trabajo activo.
  8. Respuesta a la percepción intelectual pura. Esto conduce a un empleo consciente y libre de la mente, a pensar de forma individual, a crear formas mentales y, eventualmente, a la constante orientación de la mente hacia campos cada vez más amplios de comprensión y percepción.
  9. Respuesta al pensador o al alma. Cuando registra esta respuesta, el hombre entra en su reino. Los mundos objetivo y subjetivo se unifican. Toda educación debe tender a esta realización.
Cada niño debería ser estudiado, en primer lugar, para asegurarse de la tendencia natural de sus impulsos. ¿Se orientan hacia la expresión física? ¿Existe una capacidad latente para alguna de las artes? ¿El calibre intelectual merecería un entrenamiento definidamente mental en el análisis, la deducción, las matemáticas o la lógica? Quizás, a medida que transcurra la vida, nuestros jóvenes serán clasificados en dos grupos: el místico, bajo el cual se agruparían aquellos de tendencias religiosas, culturales y artísticas, y el esotérico, que incluiría a los tipos intelectuales, científicos y mentales.
Cuando el niño llegue a la edad de diecisiete años, el entrenamiento dado debería haberle permitido emitir su nota con claridad y tendría que indicar el diseño que probablemente seguirán los impulsos de su vida. En los primeros catorce años debería dársele la oportunidad de experimentar en diversos campos de experiencia. El entrenamiento puramente vocacional no debería acentuarse hasta llegar a los últimos años del proceso educativo.

Se acerca el momento en que los niños serán estudiados mucho más exhaustivamente que en la actualidad. Esto será posible específicamente gracias a:

  1. El crecimiento, el desarrollo y el empleo extendido de la ciencia de la psicología, la ciencia del hombre esencial. Las diferentes escuelas de psicología contribuirán, cada una, con su verdad particular, y así la verdadera ciencia del alma emergerá de esta síntesis.
  2. El crecimiento y desarrollo de la ciencia de los siete tipos básicos de individuos, sobre la que se basa gran parte del pensamiento psicológico oriental.
  3. La aceptación de la enseñanza sobre la constitución del hombre, especialmente en lo que se refiere a la naturaleza, propósito y cualidad de los tres vehículos o cuerpos de expresión: mental, emocional y físico-etérico, y a su relación con el alma.
A fin de lograrlo, deberá disponerse de lo mejor que Oriente tiene que ofrecer y del conocimiento de Occidente. Además de los métodos de estudiar al niño ya delineados, todos los niños deben ser examinados médicamente, prestando especial atención al sistema endocrino y al desarrollo del mecanismo de respuesta, y también en cuanto a su vocación, para que más tarde en la vida sus dones y capacidades puedan hallar plena expresión. Con el tiempo se desarrollará la astrología científica para determinar las tendencias de la vida y los problemas peculiares del alma.

También se estudiará a todos los niños desde el punto de vista del espíritu. Se determinará aproximadamente la edad aparente del alma y el lugar que ocupa en la escala de la evolución; se considerarán las tendencias místicas e introspectivas y se observará si existen o no ambas tendencias. Se investigará cuidadosamente la coordinación de todos los aspectos del individuo para llevar el equipo del niño a un todo activo y unido.
La palabra "espiritual" no se refiere a los así llamados asuntos religiosos. Toda actividad que impulsa adelante al ser humano hacia alguna forma de desarrollo –físico, emocional, mental, intuitivo, social– para bien de su estado actual es, esencialmente, de naturaleza espiritual e indica la vivencia de la entidad divina interna. El espíritu del hombre es imperecedero, perdura eternamente, progresa de un punto a otro y de una etapa a otra en el sendero de evolución, desarrollando constante y secuencialmente los atributos y aspectos divinos.

Si queremos que una verdadera comprensión de los siete tipos básicos de rayo, de la constitución del hombre y de la astrología, y también la aplicación correcta de la psicología sintética sirvan de algo, tal comprensión debe demostrarse produciendo un ser humano correctamente coordinado, sabiamente desarrollado, altamente inteligente y orientado mentalmente.

La Educación y los Siete Rayos

Hay siete "rayos" o cualidades de energía que influencian a la humanidad y producen siete tipos básicos de seres humanos. Los futuros sistemas educativos deberían trabajar con estas cualidades y características y con sus tendencias e instintos relacionados entre sí:

  1. Voluntad o Propósito, desarrollada hasta el punto en que la vida manifestada esté regida por un propósito espiritual consciente. La correcta orientación de la voluntad debería ser una de las principales preocupaciones de todo verdadero educador.
  2. Amor-Sabiduría. Es esencialmente el desarrollo de la consciencia de la totalidad, incluyendo la consciencia grupal.
  3. Inteligencia Activa. Concierne al desarrollo de la naturaleza creativa, del hombre espiritual y consciente. La correcta orientación de esta tendencia, ya desarrollada, constituye la meta de toda verdadera educación.
  4. Armonía, obtenida a través del conflicto. Conduce al equilibrio, a la liberación y al poder eventual de crear. Este es uno de los atributos que la educación debería tratar desde el ángulo de la intuición.
  5. Conocimiento concreto, por el cual el hombre se capacita para concretizar sus conceptos. El verdadero trabajo educativo consiste en entrenar al hombre inferior en el correcto discernimiento y en una verdadera sensibilidad a la visión, de modo que pueda construir fielmente de acuerdo al propósito de su alma y producir en la tierra lo que será su contribución al todo.
  6. Devoción. La devoción es resultado y fruto de la insatisfacción, más el empleo de la facultad de elección, basada en ideales claramente sostenidos. Por medio de la devoción y el idealismo el hombre finalmente se unifica con el ideal más elevado posible para él. Los educadores se enfrentan, por tanto, a la oportunidad de tratar inteligentemente el idealismo innato que se halla en cualquier niño y a la interesante tarea de conducir a la juventud del mundo desde una meta lograda a otra.
  7. Orden, y la imposición de un ritmo establecido mediante el desarrollo de la facultad innata de mantenerse activo bajo un propósito y ritual dirigidos. Los educadores tendrán que trabajar con este principio de atributo innato y con este instinto hacia el ritmo ordenado, haciéndolo constructivo de una forma más creativa y proporcionando así, por medio de ello, un campo para el desarrollo de los poderes del alma..
La Nueva Educación

El objetivo de toda educación consiste en producir algún tipo de cultura –material o espiritual, o material y espiritual.
La civilización es la reacción de la humanidad al propósito de cualquier período mundial particular. Cada época debe expresar alguna idea en el idealismo racial del momento.
La cultura es el acercamiento de dos caminos –sentimiento y mente; de dos mundos –sensibilidad y pensamiento; y de actitudes de naturaleza vinculante, que permitirán al hombre vivir como un ser inteligente y subjetivo, en un mundo físico tangible. El hombre culto relaciona el mundo de los significados con el mundo de las apariencias, considerando que constituyen un sólo mundo con dos aspectos.
En último análisis, la civilización concierne a las masas y a la consciencia racial, mientras que la cultura concierne al individuo y al hombre creativo y espiritual.

Escuelas e Institutos

En las escuelas actuales, de primaria y secundaria, y en los institutos y universidades, puede verse una imagen imperfecta y simbólica del triple objetivo de la nueva educación: civilización, cultura, unificación.
Las Escuelas Primarias podrían considerarse como los custodios de la civilización; deberían capacitar al niño para ejercer la ciudadanía, enseñándole su lugar como unidad social y acentuando sus relaciones grupales. Se le instruiría en lectura, escritura, y aritmética, historia elemental (recalcando la historia universal), geografía y poesía, más ciertos hechos básicos e importantes de la vida, verdades fundamentales, coordinación y control.
Las Escuelas Secundarias deberían verse como los custodios de la cultura; acentuando los grandes valores de la historia y la literatura y enseñando algo sobre el arte. Deberían comenzar a entrenar a los niños y niñas para esa futura profesión o modo de vivir que, obviamente, les condicionará. Se enseñará el civismo en términos más amplios, se indicará el mundo de los verdaderos valores y se cultivará el idealismo en forma consciente y definida. La juventud del mundo debe empezar a relacionar los mundos de la vida objetiva externa y la existencia subjetiva interna.
Los Institutos y Universidades deberían proporcionar una extensión más elevada de todo lo realizado hasta ahora, embelleciendo y completando la estructura ya erigida y ocupándose más directamente del mundo de significados. Considerarían los problemas internacionales –económicos, sociales, políticos y religiosos– y vincularían más estrechamente al hombre o a la mujer con el mundo entero. Deberían ser los custodios de aquellos métodos, técnicas y sistemas de pensamiento y de vida que relacionan al ser humano con el mundo de las almas, con el Reino de Dios.
La adecuación del hombre para la ciudadanía en el Reino de Dios no es esencialmente una actividad religiosa. Debería ser tarea de la educación superior, dando propósito y significado a todo lo realizado. Debe fomentarse el desarrollo de la intuición, la importancia de los ideales y las ideas, y el desarrollo del pensamiento abstracto y la percepción.
Instinto–intelecto–intuición proporcionan las notas clave para las tres instituciones escolásticas por las cuales pasarán todas las personas jóvenes. El primer esfuerzo de la educación para civilizar al niño consistirá en entrenar y orientar correctamente sus instintos. La segunda obligación del educador será obtener su verdadera cultura, entrenándole para que utilice correctamente su intelecto. El tercer deber de la educación será evocar y desarrollar la intuición.

Relaciones de Energía

La educación debería ocuparse fundamentalmente de las relaciones e interrelaciones, de la eliminación o curación de las separaciones y, de este modo, del restablecimiento de la unidad o síntesis.
Existe un hilo de energía, arraigado en el corazón, al que llamamos aspecto vida o espíritu, que emplea la corriente sanguínea como agente de distribución.
Existe otro hilo de energía, arraigado en el centro de la cabeza, al que llamamos aspecto consciencia o facultad de conocer el alma. Controla al cerebro y dirige la actividad mediante el sistema nervioso.
Estos dos factores de energía, conocidos por los seres humanos como vida y conocimiento, o como energía e inteligencia vivas, constituyen los dos polos del ser de un niño. La tarea que tiene por delante consiste en desarrollar conscientemente el aspecto medio o equilibrador, que es amor o relaciones grupales. El verdadero equilibrio se logrará cuando se reconozca que el camino del servicio es una técnica científica para obtener este equilibrio.
Por lo tanto, durante el actual período de transición, los educadores deben tener presentes tres cosas:
  1. La reorientación del conocimiento, el aspecto consciencia o el sentido de percepción en el niño, de tal forma que comprenda desde la infancia que todo cuanto se le enseña tiene como objetivo el bien de los demás, más que el de sí mismo.
  2. Enseñarle que la vida que siente latir a través de sus venas es sólo una pequeña parte de la vida total que palpita a través de todas las formas, los reinos de la naturaleza, los planetas y el sistema solar y que, por lo tanto, existe en todas partes una verdadera "hermandad de sangre". En consecuencia, puede enseñársele esta relación desde el comienzo de su vida. Cuando estas dos comprensiones –responsabilidad y relación– se inculcan en el niño desde la infancia, el tercer objetivo de la nueva educación se logra con más facilidad.
  3. La unificación en la consciencia del impulso de la vida y el anhelo de conocer, conducirán oportunamente al niño a una actividad planificada, que constituirá un servicio y hará tres cosas por el niño:
    • (a) Servir como agente orientador, indicándole finalmente vocación y profesión.
    • (b) Extraer lo mejor del niño y hacer de él un centro magnético radiante, en el lugar en que se encuentre.
    • (c) Hacerlo definidamente creativo y capacitarlo para tejer ese hilo de energía que vinculará la cabeza, el corazón y la actividad creativa, en un sólo agente unificado y activo.
La satisfacción de estos tres requisitos será el paso principal (dado a escala racial) para la construcción del "antahkarana"* o el puente en la consciencia, entre:
  1. Diversos aspectos de la naturaleza de la forma.
  2. La personalidad y el alma.
  3. El hombre y los demás seres humanos.
  4. El hombre como miembro de la familia humana, y el mundo que le rodea.
Debe observarse aquí que el puente debe erigirse en el aspecto consciencia, y concierne a la continuidad de la percepción de la vida del hombre en sus distintos aspectos.
Antahkarana (Sánscrito): La palabra deriva de antah, que significa interno y karana, que significa instrumento.

Tres Ciencias de la Nueva Era

Tres ciencias principales deberían influir en el campo de la educación de la nueva era.
  1. La Ciencia del Antahkarana (ver la definición anterior). Es la nueva y verdadera ciencia de la mente que utilizará la sustancia mental para construir el puente entre la personalidad y el alma y, luego, entre el alma y el espíritu. Concierne a la sustancia de los tres niveles superiores del plano mental.
  2. La Ciencia de la Meditación. Esta ciencia puede aplicarse a todo proceso posible de la vida. Es una ciencia complementaria que prepara para la ciencia del Antahkarana. Es el medio de construir entre la personalidad y el alma. Es la verdadera ciencia de tender un puente en la consciencia. Relaciona la mente individual, eventualmente, con la mente superior y, más tarde, con la Mente Universal. Con el tiempo, regirá los nuevos métodos educativos de escuelas y universidades.
  3. La Ciencia del Servicio. Surge normal y naturalmente de la aplicación exitosa de las otras dos ciencias. El servicio es la verdadera ciencia de la creación y un método científico de establecer continuidad.
Eventualmente, estas tres ciencias serán consideradas como los tres puntos principales del proceso educativo, y sobre ellos se pondrá crecientemente el énfasis.
La nueva educación debería ocuparse de que el sujeto del experimento educativo sea el dueño consciente de su equipo; debería permitirle afrontar la vida con una visión clara, abriéndole las puertas al mundo de las relaciones y fenómenos objetivos, debería llevarle a conocer la existencia de una puerta que conduce al mundo de la Realidad del alma, que podrá atravesar a voluntad, para allí asumir y desarrollar su relación con otras almas.

La Educación y la Unidad Mundial

En la actualidad hay una necesidad apremiante de que exista un sistema de educación internacional desarrollado en una conferencia conjunta por maestros y autoridades educativas de mentalidad abierta de todos los países, lo que proporcionaría una baza fundamental para preservar la paz mundial. El perfil inicial de un sistema educativo mundial está surgiendo hoy, particularmente como resultado del trabajo precursor de la UNESCO.

La democracia mundial tomará forma cuando los hombres de todas partes se consideren realmente como iguales. La unidad mundial será un hecho cuando se enseñe a los niños del mundo que las diferencias religiosas son, en su mayor parte, una cuestión de nacimiento. De esta manera, se establecerán unas relaciones humanas correctas cuando a los niños de todos los países se les inculque dos ideas principales: el valor del individuo y la realidad de la humanidad una. El valor del individuo y la existencia de esa totalidad, que llamamos humanidad, están estrechamente relacionados. Estos dos principios conducirán a la intensa cultura del individuo y después a que éste reconozca su responsabilidad como parte integrante del cuerpo de la humanidad. Así gradualmente se neutralizarán nuestras querellas y diferencias y serán reemplazadas por la idea de la humanidad una.

El trabajo de construir el puente hay que hacerlo ahora. Si, en el futuro inmediato, desarrollamos esta técnica de tender un puente sobre las numerosas separaciones que existen en la familia humana y contrarrestar los odios raciales y las actitudes separatistas de naciones y pueblos, habremos logrado crear un mundo donde la guerra será imposible.

¿No sería posible erigir la enseñanza de la historia sobre las buenas y grandes ideas que condicionaron a las naciones e hicieron de ellas lo que son, y acentuar la creatividad que las caracterizó a todas? ¿No podríamos presentar más eficazmente las grandes épocas culturales que –al aparecer repentinamente en alguna nación– enriquecieron al mundo entero y dieron a la humanidad su literatura, arte y visión?

Deberíamos poner el énfasis en esos grandes momentos de la historia humana en los que brilló la divinidad del hombre. Tales momentos produjeron la Carta Magna; dieron énfasis, por medio de la Revolución Francesa, a los conceptos de libertad, igualdad y fraternidad; formularon la Declaración Norteamericana de Derechos y las Cuatro Libertades, que culminaron en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Estos son los grandes conceptos que deben gobernar la nueva era con su civilización naciente y su futura cultura.

A pesar de toda la animosidad separatista, un idealismo creciente está luchando por abrirse paso hacia el primer plano de la consciencia humana. Es el principal responsable del caos actual y del establecimiento y desarrollo de las Naciones Unidas y sus agencias especializadas. Ha producido las ideologías antagónicas que tratan de expresarse mundialmente. Estas ideologías en conflicto son un signo saludable, estemos o no de acuerdo con ellas. De ello debería surgir una actitud mental tolerante e inclusivay una tendencia a la síntesis, y esto lo nutre y expresa el alma del hombre.

El sentimiento de responsabilidad es uno de los primeros indicios de que el alma del individuo está despierta.

El alma de la humanidad también va despertando ahora colectivamente y de ahí los siguientes indicios:

  1. El aumento de sociedades, organizaciones y movimientos colectivos en todas partes, para la mejora de la humanidad.
  2. El creciente interés de las masas por el bienestar común.
  3. El esfuerzo humanitario y filantrópico está en su punto álgido en la vida de todas las naciones, junto a las crueldades, los odios, las anormalidades y la separatividad.
  4. La educación está convirtiéndose rápidamente en un esfuerzo colectivo.
  5. El creciente reconocimiento, por parte de quienes ejercen la autoridad, de que el hombre de la calle está convirtiéndose en un factor en los asuntos mundiales.
Para el hombre moderno es difícil concebir una época en la el pensamiento humano estará libre de toda consciencia separatista racial, nacional o religiosa. Es obvio que tendrá que transcurrir un gran número de décadas antes de que tal estado de cosas esté activamente presente. Pero podrían ser décadas, y no siglos.
Deberá ponerse un cuidado mucho mayor en la selección y entrenamiento de los maestros del futuro. Su capacidad mental y su conocimiento de su asignatura particular serán importantes, pero mucho más lo será la necesidad de que estén libres de prejuicios. El educador del futuro necesitará ser un psicólogo más preparado de lo que está actualmente. Comprenderá que su tarea principal es evocar, en su aula de estudiantes, un sentido real de la responsabilidad. No importa lo que tenga que enseñar: deberá vincularlo con la ciencia de las correctas relaciones humanas.

La buena voluntad colaboradora será con toda seguridad la primera idea a presentar a las masas y enseñar en nuestras escuelas.

La comprensión amorosa, aplicada inteligentemente, deberá ser el distintivo de los grupos cultos y más sabios.
La ciudadanía mundial, como expresión tanto de la buena voluntad como de la comprensión, deberá ser la meta de las personas iluminadas de todas partes y el distintivo del hombre espiritual, y en estos tenemos establecidas las relaciones correctas entre la educación, la religión y la política.

La iluminación es la meta principal de la educación, y en esta afirmación y zona mental reside la diferencia entre el trabajo del Buda y del Cristo. Buda alcanzó la "iluminación" y fue el primero de nuestra humanidad en hacerlo. Cristo, debido a la realización de Buda y a Su propio grado evolutivo, inauguró la "era del amor" y expresó a la gente un nuevo aspecto divino, el del amor.
Buda culminó la "era del conocimiento". Cristo inició la "era del amor". Ambas eras personifican y expresan dos grandes principios divinos. El trabajo del Buda hizo posible la nueva educación. El trabajo y la vida del Cristo hicieron posible la nueva religión.

En el futuro, se considerará la iluminación principalmente desde el ángulo intelectual y todo el tema será abordado mentalmente y no (como sucede hoy) tan definidamente desde el ángulo de la religión. La iluminación, el misticismo y la religión han ido a la par. Una de las principales contribuciones de la era actual al desarrollo de la raza ha sido el creciente reconocimiento de que la espiritualidad no debe confinarse únicamente a la aceptación y cumplimiento de los preceptos contenidos en las escrituras del mundo.

La nota clave de la nueva educación es, esencialmente, la correcta interpretación de la vida, pasada y presente, y su relación con el futuro de la humanidad; la nota clave de la nueva religión debe y debería ser el correcto acercamiento a Dios, trascendente en la naturaleza e inmanente en el hombre; mientras que la nota clave de la nueva ciencia de la política y del gobierno será las correctas relaciones humanas. La educación debe preparar al niño para ambas.

Los que trabajan en estos tres grupos deberán proceder, eventualmente, en la más estrecha colaboración, y la nueva educación debe ser una preparación para esta comprensión planificada y esta actividad inteligente del género humano.

Conclusión

  1. La nueva educación se ocupará principalmente de la construcción científica y consciente del puente entre los diferentes aspectos del ser humano, produciendo así una mayor expansión de consciencia.
  2. La tarea de la nueva educación es, por tanto, la coordinación de la personalidad, produciendo eventualmente su unificación con el alma.
  3. La nueva educación se ocupará de las leyes del pensamiento, de su análisis e interpretación.Estas leyes son los medios por los cuales:
(a) Se intuyen las ideas
(b) Se promulgan los ideales
(c) Se construyen conceptos o formas mentales que, a su debido tiempo, impactarán telepáticamente las mentes de los hombres.
  1. La nueva educación organizará y desarrollará la mente concreta inferior.
  2. Enseñará al ser humano a pensar de lo universal a lo particular, así como a emprender el análisis de lo particular.
  3. La nueva educación hará del hombre un buen ciudadano mediante el desarrollo de los aspectos racionales de su consciencia y vida, enseñándole a emplear el equipo heredado, adquirido y dotado, para evidenciar la consciencia y actitudes sociales.
  4. Sobre todo, los educadores en la nueva era se esforzarán para enseñar al hombre la ciencia de unificar los tres aspectos de sí mismo:(a) La mente concreta inferior –la mente receptora o sentido común.
(b) El Hijo de la mente, el alma, el yo –la mente individualizada.
(c) La mente superior, abstracta o intuitiva –la mente iluminadora.
  1. Los educadores en la nueva era se ocuparán de los procesos o métodos que deben emplearse para eliminar los vacíos de consciencia existentes entre los distintos aspectos.
  2. La ampliación de este concepto de tender el puente se desarrollará para incluir, no sólo la historia interna del hombre, sino también la construcción de un puente entre él y sus semejantes, en todos los niveles.
  3. Incluirá, además, el entrenamiento del mecanismo humano para responder a los impactos de la vida y al alma. El alma es, en esencia, inteligencia, empleada vitalmente en cada plano (en los niveles mental, emocional y físico). Esta actividad inteligente siempre se emplea desde el ángulo de la sabiduría.

Alice Bailey