La pedagogía Waldorf ha sido (y es) fuente de inspiración para padres y madres en busca de una alternativa de crianza y educación para sus hijos. Controvertida por su vertiente espiritual, con tintes religiosos, que no siempre son abordados con claridad por sus propios educadores, y que además por nuestra carga histórica y prejuicios en general, provocan rechazo en familias que podrían ser afines. También despierta recelo en ciertos sectores alternativos por su enfoque más directivo que las pedagogías activas, y por la omnipresente y central figura de la Maestra o Maestro, que se erigen en Ejemplo continuo para sus discípulos. A algunos también les echa para atrás esta pedagogía por su halo elitista: los colegios Waldorf son privados, suelen tener tarifas elevadas y muchos están en zonas de alto nivel económico.
Como no hay cruz sin cara, junto a estos posibles inconvenientes, hay que celebrar las virtudes de esta pedagogía que se desarrolló a partir del legado dejado por el filósofo alemán Rudolf Steiner, que fundó el primer colegio Waldorf en 1919 en una fábrica de tabaco del mismo nombre, para atender las necesidades que tenían los empleados de ofrecer una educación de calidad a sus hijos.
Por encima de todo, la pedagogía Waldorf valora la infancia, una infancia larga y plena, en la que los niños y las niñas encuentren cubiertas sus necesidades auténticas, y desarrollen en armonía sus facetas física, mental y emocional, gracias al conocimiento que de sus diferentes etapas evolutivas tienen los adultos que les acompañan, tanto padres como educadores. Y sólo por esto, bien merece la pena añadir su estudio a nuestra lista de inquietudes.
De la extensa bibliografía que existe sobre la pedagogía Waldorf, reseñamos un libro publicado por Ediciones Medici: "USTED ES EL PRIMER PROFESOR DE SU HIJO. Qué pueden hacer los padres con y para sus hijos desde el nacimiento hasta los seis años". Está escrito por Rahima Baldwin Dancy, madre de cuatro hijos norteamericana, además de matrona y educadora Waldorf, que desgrana en un volumen de más de 300 páginas sus conocimientos sobre la primera infancia y sobre el papel que los padres tienen en la educación de sus hijos, a su entender absolutamente prioritario. Y lo hace con sencillez y claridad, dejando de manifiesto la nutritiva sabiduría que da el camino de ir buscando soluciones a los problemas reales de convivencia con los propios hijos.
Como no hay cruz sin cara, junto a estos posibles inconvenientes, hay que celebrar las virtudes de esta pedagogía que se desarrolló a partir del legado dejado por el filósofo alemán Rudolf Steiner, que fundó el primer colegio Waldorf en 1919 en una fábrica de tabaco del mismo nombre, para atender las necesidades que tenían los empleados de ofrecer una educación de calidad a sus hijos.
Por encima de todo, la pedagogía Waldorf valora la infancia, una infancia larga y plena, en la que los niños y las niñas encuentren cubiertas sus necesidades auténticas, y desarrollen en armonía sus facetas física, mental y emocional, gracias al conocimiento que de sus diferentes etapas evolutivas tienen los adultos que les acompañan, tanto padres como educadores. Y sólo por esto, bien merece la pena añadir su estudio a nuestra lista de inquietudes.
De la extensa bibliografía que existe sobre la pedagogía Waldorf, reseñamos un libro publicado por Ediciones Medici: "USTED ES EL PRIMER PROFESOR DE SU HIJO. Qué pueden hacer los padres con y para sus hijos desde el nacimiento hasta los seis años". Está escrito por Rahima Baldwin Dancy, madre de cuatro hijos norteamericana, además de matrona y educadora Waldorf, que desgrana en un volumen de más de 300 páginas sus conocimientos sobre la primera infancia y sobre el papel que los padres tienen en la educación de sus hijos, a su entender absolutamente prioritario. Y lo hace con sencillez y claridad, dejando de manifiesto la nutritiva sabiduría que da el camino de ir buscando soluciones a los problemas reales de convivencia con los propios hijos.
"Usted es el primer profesor de su hijo",
de Rahima Baldwin Dancy,
Ed. Medici, Barcelona, 2007.
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