La primera escuela Waldorf nació en un momento histórico muy importante, al finalizar la Primera Guerra Mundial. Respondía al impulso, sentido también en los años 20 por otros muchos pedagogos, por modernizar la enseñanza cuando muchas viejas formas y estructuras exigían un cambio profundo
La primera escuela Waldorf nació en un momento histórico muy importante, al finalizar la Primera Guerra Mundial. Respondía al impulso, sentido también en los años 20 por otros muchos pedagogos, por modernizar la enseñanza —base de cualquier desarrollo social— cuando muchas viejas formas y estructuras exigían un cambio profundo. Rudolf Steiner (1), creó la pedagogía Waldorf basándola en un conocimiento profundo del hombre y del mundo.
Partiendo del pensamiento de Goethe, desarrolló un método de observación e investigación científica que hace posible conocer al hombre total y al hombre que va creciendo, por etapas, en cada niño. Rudolf Steiner, que conocía bien los problemas sociales y la vida cultural de principios de siglo, no solamente quería mejorar las escuelas existentes, sino que se propuso dar una nueva fundamentación a la escuela sobre la base de una concepción antropológica y cultural que denominó Antroposofía.
La Escuela Waldorf de Stuttgart, creada en Septiembre de 1919 para los hijos de los obreros de la fábrica de cigarrillos Waldorf Astoria, tenía unos claros fines sociales. Rudolf Steiner daba también clases nocturnas a los obreros de la fábrica y se encargó asimismo de preparar y formar a los maestros fundadores de la Escuela.
Esta escuela creció rápidamente y llegó a tener más de 700 alumnos en poco tiempo, superándose así los límites de una escuela de fábrica, ya que uno de los fundamentos ideológicos de cada escuela Waldorf es el de trabajar, no en favor de un orden social de clases —superado ya hace tiempo— sino el de aportar una formación integral al hombre, dentro de la sociedad moderna, posibilitando al niño, para cuando sea adulto, el acceso a la libertad y responsabilidad individual y colectiva. Desde entonces, el movimiento pedagógico Waldorf se fue extendiendo por otros países: Holanda, Inglaterra, Suiza...
Hubo un paréntesis ocasionado por la subida al poder del nacional-socialismo que cerró todas las escuelas Waldorf a partir de 1938, pues no podía consentir una pedagogía que «educa para la libertad» y que hace tanto hincapié en el desarrollo de la individualidad que cada niño —hombre en evolución— lleva dentro. A partir de 1945 comenzaron a abrirse nuevamente las escuelas y a extenderse por todo el mundo; hoy existen escuelas en más de 40 países y, según cifras recientes, hay 375 Jardines de Infancia, 285 centros de Educación Básica, otros tantos de Bachillerato y formación profesional y cerca de 250 centros para niños y chicos deficientes. En la mayoría de los casos se trata de «escuelas unitarias», que poseen todos los grados, desde Jardín de Infancia a COU.
En España existen vários Jardines de Infancia y colegios Waldorf.
En la primavera de 1979 se creó una Asociación de Padres y Maestros que, colegiadamente, llevan a cabo la gestión y administración. En la actualidad tiene 40 niños divididos en 2 grupos de veinte. Está asistido por 3 profesores especializados. El «jardín de Infancia Micael» constituye el pilar de un colegio donde se establecerán todos los niveles educativos mencionados. Es previsible que aproximadamente en dos años se comience la Enseñanza Básica. Otras iniciativas se han desarrollado o se están desarrolando en en Canarias, Alicante, Barcelona o Galicia. El procedimiento, que suele ser parecido en todas partes, surge de una base social: un grupo de padres se reúne junto con uno o varios profesores con el fin de crear un colegio o Jardín de Infancia.
La vida en la escuela Waldorf: La comunidad escolar.
Una Escuela Waldorf necesita para existir una relación fructífera con la sociedad. Para ello, la característica fundamental, que debe vivirse es la Libertad. Los intereses de partido, los grupos de poder y presión, las leyes económicas basadas en el beneficio y las directrices confesionales de los Estados no deben limitar la libertad del quehacer pedagógico. Las escuelas Waldorf son escuelas libres, formadas exclusivamente «por el trabajo conjunto y colegiado de los profesores y por el estrecho contacto y participación de los padres que forman parte de la Asociación de padres y maestros, que colaboran en la administración de la escuela y participan en el proceso educativo y formativo de los escolares».
Un vínculo de confianza recíproco entre padres y maestros se cultiva intensamente en reuniones periódicas, visitas a las casas de los niños y en el trabajo común por la escuela. Esta particularidad no lleva a la formación de «ghettos», sino más bien al contrario, ya que además de los lazos que se establecen con instituciones públicas o privadas, la relación padres-maestros y el conocimiento, por parte de éstos últimos, de los factores sociológicos del entorno hacen posible el «puente» entre escuela y sociedad.
Bajo el principio de que la vida cultural debe vivir la libertad, el profesor es libre ante su clase porque conoce a cada niño y sabe cómo propiciar su desarrollo. En el «organismo escolar» también está presente la vida económica. En una Asociación sin ánimo de lucro, autogestionada por padres y maestros y con una intención común en lograr lo «mejor» en la educación de sus hijos, sería difícil no encontrar la «ley» que debe manifestarse en esta parcela: La vida económica debe vivir en la solidaridad o fraternidad. ¿Cómo lograr esta solidaridad? Cada escuela busca la fórmula más adecuada, pues en algunos países estos centros están subvencionados por el Estado. Sin embargo, un principio fundamental es que cada familia participe y fije su «cuota» según sus posibilidades económicas.
Ningún niño tiene vedada su entrada en estas escuelas por motivos económicos (y en algunos casos, en los folletos de información se indica este detalle). También los profesores reciben un sueldo de acuerdo con sus necesidades o en proporción a ellas, sin tener en cuenta si posee títulos, si es profesor de jardín de infancia o de bachillerato. Esta manera de tratar lo económico exige naturalmente una mayor consciencia y responsabilidad. La vida de las relaciones humanas también se intercala entre la cultural y la económica. Estas relaciones están basadas en el respeto a la dignidad humana.
Todos los hombres tenemos los mismo derechos y distintas obligaciones en base a nuestra responsabilidad. La vida de las relaciones humanas debe vivir en la igualdad. En una escuela Waldorf confluyen personas de medios sociales muy distintos, pero que en la comunidad escolar se encuentran para trabajar por un objetivo común. Toda escuela Waldorf, aunque se organiza de acuerdo con las características sociológicas y culturales del país o ciudad donde se sitúe, tiene una particularidad notable: es un organismo vivo con tres «escuelas», la de niños y chicos, la de padres y la de maestros. Las tres «escuelas» realizan un proceso continuo de aprendizaje, teniendo en cuenta, naturalmente, las diferentes áreas de desarrollo y conciencia en el organismo escolar.
La escuela de maestros: El reciclaje continuo.
En todas las escuelas Waldorf, el «Claustro» reúne una vez por semana a todas las personas que trabajan en el colegio: Profesores de los distintos niveles, secretaría y administración, jardineros, etc, etc. Durante cuatro o cinco horas se tratan temas pedagógicos, aportaciones especiales de alguna persona, problemas de organización, planificación, problemas especiales de algún niño (todo ello indica la calidad de esta asamblea), etc. También los profesores de los diferentes ciclos y áreas tienen otras reuniones de programación, etc.
En el seno de este «Claustro» se nombra, previo ofrecimiento, de forma rotativa, a un equipo directivo que tienen la máxima responsabilidad en los aspectos educativos para la vida de la escuela. El Consejo de administración delega en esta Junta de Profesores toda la gestión cotidiana, aunque los padres sean los encargados de «ejecutar» las decisiones necesarias para el sostenimiento del centro. Del trabajo del «Claustro» y de la «Junta de Profesores» —verdadero corazón de toda la escuela Waldorf— surge la actitud de libertad y respeto con la que el profesor se enfrenta en su trabajo cotidiano de clase. Por otro lado, los profesores participan una o dos veces al año en cursillos internacionales con otros colegas y en grupos de trabajo con profesores de escuelas públicas o privadas.
La escuela de padres: Una participación viva.
Una escuela Waldorf, como ya se ha dicho más arriba, la forma una «Asociación conjunta de padres y maestros». El «Consejo de Administración», elegido rotativamente, administra y gestiona el colegio. Diferentes comisiones de padres asesoran y colaboran con este Consejo, asumiendo funciones y responsabilidades dentro del colegio: representación ante entidades públicas, mantenimiento, obras, asuntos sociales, talleres de artesanía, organización de fiestas, etc. Por otro lado, los padres participan también en la elaboración del programa escolar: hay reuniones mensua-les con los padres de cada clase. Las explicaciones de los maestros ayudan a los padres a comprender los porques de la metodología Waldorf y, del mismo modo, las sugerencias de los padres son atendidas por los maestros.
La Escuela Waldorf: Un centro cultural.
En una institución Waldorf, las actividades culturales se unen a las pedagógicas: conferencias sobre temas muy diversos, cursillos de arte (pintura, modelado, euritmia) y talleres (metales, carpintería, tejido, juguetería y artesanía), etc, están abiertos a padres, amigos y vecinos del colegio. Otros actos culturales, como conciertos de la orquesta del colegio o recitales de solistas, representaciones de teatro y euritmia atraen por su calidad, la atención de muchas personas que viven en la zona.
Hay tres actividades particulares de los Colegios Waldorf: — Las representaciones mensuales de teatro, en las que los chicos del colegio muestran a los padres alguna experiencia pedagógica realizada durante el mes en la clase. — La puesta en escena de un clásico por la clase de 8º de primaria con varias funciones públicas para padres y amigos. — Los mercadillos de Navidad, donde participan intensamente los padres en la preparación, venta y organización.
El fruto de los diversos talleres de trabajo se ofrece a la venta junto con productos naturales, y teatrillos, conciertos y charlas se suceden en un día o dos de «puertas abiertas». Con todo ello queremos dar una idea de la vida que late en estas escuelas que, al mismo tiempo, se insertan en el medio geográfico y humano. Hay escuelas Waldorf en áreas rurales, en núcleos urbanos, en ciudades peque-as y en zonas industriales, en países ricos y en países pobres. Un ejemplo de esta adaptación al medio lo muestra claramente la Escuela Waldorf de Hibernia situada en la cuenca del Ruhr, en Herne. Cuenta con más de 1.000 alumnos y cerca de 80 docentes.
Es una escuela integral que reúne distintos tipos de escuelas: Jardín de Infancia, enseñanzas primaria y secundaria, formación preparatoria profesional, formación profesional técnica, de ciencias sociales, escuelas técnicas de metalurgia, electricidad, madera, textil, asistencia social y bachillerato. Esta escuela, que tuvo sus orígenes en los talleres de la Sociedad Minera Hibernia, es autogestionada por padres y maestros, está reconocida oficialmente y representa una alternativa de planificación escolar y educativa con respecto a las refor-mas escolares impuestas «desde arriba». Según un estudio realizado recientemente, el 70% de los padres son obreros con diversas cualificaciones, el 18, 5%, empleados y funcionarios y el 9% de ellos ejercen profesiones liberales. Un principio de esta escuela consiste en concebir el trabajo práctico como medio de formación general, encaminado a conseguir una nueva calidad de aprendizaje.
Todo movimiento social es un «proceso de aprendizaje», por lo cual el potencial innovador de una sociedad reside en su capacidad de aprender. Esta capacidad de aprender autónomamente sólo puede desarrollarse mediante una pedagogía que conciba la educación como ayuda a la autorrealización del individuo. Así, en las escuelas Waldorf, mediante la cooperación de padres, docentes y demás personas o instituciones implicadas en los procesos educativos, se intenta que las experiencias pedagógicas y culturales generen nuevas formas de participación en concepciones, decisiones y responsabilidades tanto individuales como sociales.
Características de la Escuela WalDorf.
Dentro del marco social caracterizado en el apartado anterior, se desarrolla la actividad pedagógica propia-mente dicha. La meta primera de un maestro Waldorf es la de «despertar las facultades individuales del niño». Obvia-mente, el criterio del rendimiento del alumno se acepta sólo parcialmente. «El éxito del alumno como única medida de su rendimiento y como criterio de selección, conduce, más que a un fomento auténtico de sus dotes intelectuales, a una explotación de las mismas».
El pedagogo Waldorf sabe que, a cada proceso de aprendizaje y en cada «rendimiento», actúan conjuntamente un número grande de fuerzas psíquicas y espirituales. No se da sólo importancia a una asignatura concreta sino a la acción conjunta de las aptitudes que se desarrollan en los diversos campos de la enseñanza.
La interinfluencia de las distintas disciplinas hace posible un crecimiento armónico de las facultades psíquicas y su adecuada metamorfosis en las diferentes etapas evolutivas. En este sentido, con el programa Waldorf se pretende equilibrar la adquisición de conocimientos intelectuales con la constante práctica de actividades artísticas y artesanales.
Las diferentes asignaturas y actividades se integran en un conjunto coherente y orgánico. De esta manera, el profesor, que conoce las facultades psíquicas potenciales del niño, trabajará diariamente para la coordinación entre la esfera consciente de las percepciones sensoriales y representativas, en la esfera semiconsciente de la sensibilidad, la emotividad y la memoria, y la inconsciente de la voluntad, con el objetivo de equilibrar esas tres fuerzas interiores del hombre: las del pensamiento, las del sentimiento y las de la voluntad. La programación escolar Waldorf se hace en función del desarrollo fisiológico y psíquico del niño. Es decir, el plan de estudios tiene en cuenta las diferentes etapas evolutivas del niño (las aceleraciones provocan a la larga daños irreversibles) y la realidad social del entorno.
El plan escolar no puede ser fijo sino que debe recrearse en cada momento y adaptarse a cada niño, lo que exige la continua preparación del profesor. De aquí que el mismo profesor acompañe a la misma clase desde 1º a 8º de Básica, lo cual ayuda a conocer profundamente a los alumnos. Este profesor de las materias intelectivas es acompañado a su vez por un equipo de profesores que dan asignaturas artísticas o artesanales (euritmia, pintura, educación física, carpintería, forja, etc.).
El profesor-tutor trabaja sus asignaturas intelectivas por el «método de períodos» en la llamada «clase principal». Durante 3-4 semanas se trabaja en una asignatura cada mañana por espacio de 2 horas; después vienen las asignaturas artísticas, rítmicas y artesanales, que se dan en días fijos en forma continuada. Se pueden enumerar otras características de las escuelas Waldorf: por ejemplo, el hecho de que no existan notas. El trauma del «fracaso escolar» y del cultivo de la competitividad no se producen aquí.
El profesor de «clase principal», que conoce bien a sus alumnos, elabora a final de curso un boletín que caracteriza las facultades de cada chico y su situación real, en qué debe mejorar, etc. Los chicos de un grupo continúan juntos los 13 años de formación de primaria y bachillerato y, al final, unos van a la Universidad y otros a la Formación Profesional o artística. Lo decisivo es que el joven, ya sea como enfermera, intelectual o artesano, puede situarse en la vida con una amplia formación cultural. (A este respecto existe un estudio elaborado por el Ministerio de Educación alemán donde se detallan porcentajes sobre profesiones de diversas promociones de alumnos Waldorf: Der Spiegel nº 51/81).
En todos los cursos, los alumnos elaboran los libros de texto de todas las asignaturas. La Biblioteca de clase es un elemento principal para fomentar la consulta y la lectura. Desde 1º de Básica se estudian de manera viva dos lenguas extranjeras y los chicos y chicas participan en todos los trabajos artesanales. Las materias se enseñan de forma que los chicos vivan los procesos, descubran las leyes de la naturaleza y se despierte su interés por el mundo, los seres y las cosas.
Todas las asignaturas tienen la misión de despertar facultades y la presentación que de la materia hace el profesor y su actitud depende de la etapa evolutiva en que se encuentren los alumnos. Podríamos añadir otras características, pero la descripción total del programa o plan de estudios no tiene cabida en este corto artículo. Para concluir, reseño lo que un profesor ha dicho de la Escuela Waldorf: «Nosotros vemos en la enseñanza misma y en la educación un proceso artístico. De ese modo, la actividad pedagógica se entiende como una promoción de las facultades de comprensión, de la creatividad y de la responsabilidad social que se despliegan en el individuo. Así la pedagogía se convierte en una participación creadora en el proceso de cada hombre y de la sociedad».
La primera escuela Waldorf nació en un momento histórico muy importante, al finalizar la Primera Guerra Mundial. Respondía al impulso, sentido también en los años 20 por otros muchos pedagogos, por modernizar la enseñanza —base de cualquier desarrollo social— cuando muchas viejas formas y estructuras exigían un cambio profundo. Rudolf Steiner (1), creó la pedagogía Waldorf basándola en un conocimiento profundo del hombre y del mundo.
Partiendo del pensamiento de Goethe, desarrolló un método de observación e investigación científica que hace posible conocer al hombre total y al hombre que va creciendo, por etapas, en cada niño. Rudolf Steiner, que conocía bien los problemas sociales y la vida cultural de principios de siglo, no solamente quería mejorar las escuelas existentes, sino que se propuso dar una nueva fundamentación a la escuela sobre la base de una concepción antropológica y cultural que denominó Antroposofía.
La Escuela Waldorf de Stuttgart, creada en Septiembre de 1919 para los hijos de los obreros de la fábrica de cigarrillos Waldorf Astoria, tenía unos claros fines sociales. Rudolf Steiner daba también clases nocturnas a los obreros de la fábrica y se encargó asimismo de preparar y formar a los maestros fundadores de la Escuela.
Esta escuela creció rápidamente y llegó a tener más de 700 alumnos en poco tiempo, superándose así los límites de una escuela de fábrica, ya que uno de los fundamentos ideológicos de cada escuela Waldorf es el de trabajar, no en favor de un orden social de clases —superado ya hace tiempo— sino el de aportar una formación integral al hombre, dentro de la sociedad moderna, posibilitando al niño, para cuando sea adulto, el acceso a la libertad y responsabilidad individual y colectiva. Desde entonces, el movimiento pedagógico Waldorf se fue extendiendo por otros países: Holanda, Inglaterra, Suiza...
Hubo un paréntesis ocasionado por la subida al poder del nacional-socialismo que cerró todas las escuelas Waldorf a partir de 1938, pues no podía consentir una pedagogía que «educa para la libertad» y que hace tanto hincapié en el desarrollo de la individualidad que cada niño —hombre en evolución— lleva dentro. A partir de 1945 comenzaron a abrirse nuevamente las escuelas y a extenderse por todo el mundo; hoy existen escuelas en más de 40 países y, según cifras recientes, hay 375 Jardines de Infancia, 285 centros de Educación Básica, otros tantos de Bachillerato y formación profesional y cerca de 250 centros para niños y chicos deficientes. En la mayoría de los casos se trata de «escuelas unitarias», que poseen todos los grados, desde Jardín de Infancia a COU.
En España existen vários Jardines de Infancia y colegios Waldorf.
En la primavera de 1979 se creó una Asociación de Padres y Maestros que, colegiadamente, llevan a cabo la gestión y administración. En la actualidad tiene 40 niños divididos en 2 grupos de veinte. Está asistido por 3 profesores especializados. El «jardín de Infancia Micael» constituye el pilar de un colegio donde se establecerán todos los niveles educativos mencionados. Es previsible que aproximadamente en dos años se comience la Enseñanza Básica. Otras iniciativas se han desarrollado o se están desarrolando en en Canarias, Alicante, Barcelona o Galicia. El procedimiento, que suele ser parecido en todas partes, surge de una base social: un grupo de padres se reúne junto con uno o varios profesores con el fin de crear un colegio o Jardín de Infancia.
La vida en la escuela Waldorf: La comunidad escolar.
Una Escuela Waldorf necesita para existir una relación fructífera con la sociedad. Para ello, la característica fundamental, que debe vivirse es la Libertad. Los intereses de partido, los grupos de poder y presión, las leyes económicas basadas en el beneficio y las directrices confesionales de los Estados no deben limitar la libertad del quehacer pedagógico. Las escuelas Waldorf son escuelas libres, formadas exclusivamente «por el trabajo conjunto y colegiado de los profesores y por el estrecho contacto y participación de los padres que forman parte de la Asociación de padres y maestros, que colaboran en la administración de la escuela y participan en el proceso educativo y formativo de los escolares».
Un vínculo de confianza recíproco entre padres y maestros se cultiva intensamente en reuniones periódicas, visitas a las casas de los niños y en el trabajo común por la escuela. Esta particularidad no lleva a la formación de «ghettos», sino más bien al contrario, ya que además de los lazos que se establecen con instituciones públicas o privadas, la relación padres-maestros y el conocimiento, por parte de éstos últimos, de los factores sociológicos del entorno hacen posible el «puente» entre escuela y sociedad.
Bajo el principio de que la vida cultural debe vivir la libertad, el profesor es libre ante su clase porque conoce a cada niño y sabe cómo propiciar su desarrollo. En el «organismo escolar» también está presente la vida económica. En una Asociación sin ánimo de lucro, autogestionada por padres y maestros y con una intención común en lograr lo «mejor» en la educación de sus hijos, sería difícil no encontrar la «ley» que debe manifestarse en esta parcela: La vida económica debe vivir en la solidaridad o fraternidad. ¿Cómo lograr esta solidaridad? Cada escuela busca la fórmula más adecuada, pues en algunos países estos centros están subvencionados por el Estado. Sin embargo, un principio fundamental es que cada familia participe y fije su «cuota» según sus posibilidades económicas.
Ningún niño tiene vedada su entrada en estas escuelas por motivos económicos (y en algunos casos, en los folletos de información se indica este detalle). También los profesores reciben un sueldo de acuerdo con sus necesidades o en proporción a ellas, sin tener en cuenta si posee títulos, si es profesor de jardín de infancia o de bachillerato. Esta manera de tratar lo económico exige naturalmente una mayor consciencia y responsabilidad. La vida de las relaciones humanas también se intercala entre la cultural y la económica. Estas relaciones están basadas en el respeto a la dignidad humana.
Todos los hombres tenemos los mismo derechos y distintas obligaciones en base a nuestra responsabilidad. La vida de las relaciones humanas debe vivir en la igualdad. En una escuela Waldorf confluyen personas de medios sociales muy distintos, pero que en la comunidad escolar se encuentran para trabajar por un objetivo común. Toda escuela Waldorf, aunque se organiza de acuerdo con las características sociológicas y culturales del país o ciudad donde se sitúe, tiene una particularidad notable: es un organismo vivo con tres «escuelas», la de niños y chicos, la de padres y la de maestros. Las tres «escuelas» realizan un proceso continuo de aprendizaje, teniendo en cuenta, naturalmente, las diferentes áreas de desarrollo y conciencia en el organismo escolar.
La escuela de maestros: El reciclaje continuo.
En todas las escuelas Waldorf, el «Claustro» reúne una vez por semana a todas las personas que trabajan en el colegio: Profesores de los distintos niveles, secretaría y administración, jardineros, etc, etc. Durante cuatro o cinco horas se tratan temas pedagógicos, aportaciones especiales de alguna persona, problemas de organización, planificación, problemas especiales de algún niño (todo ello indica la calidad de esta asamblea), etc. También los profesores de los diferentes ciclos y áreas tienen otras reuniones de programación, etc.
En el seno de este «Claustro» se nombra, previo ofrecimiento, de forma rotativa, a un equipo directivo que tienen la máxima responsabilidad en los aspectos educativos para la vida de la escuela. El Consejo de administración delega en esta Junta de Profesores toda la gestión cotidiana, aunque los padres sean los encargados de «ejecutar» las decisiones necesarias para el sostenimiento del centro. Del trabajo del «Claustro» y de la «Junta de Profesores» —verdadero corazón de toda la escuela Waldorf— surge la actitud de libertad y respeto con la que el profesor se enfrenta en su trabajo cotidiano de clase. Por otro lado, los profesores participan una o dos veces al año en cursillos internacionales con otros colegas y en grupos de trabajo con profesores de escuelas públicas o privadas.
La escuela de padres: Una participación viva.
Una escuela Waldorf, como ya se ha dicho más arriba, la forma una «Asociación conjunta de padres y maestros». El «Consejo de Administración», elegido rotativamente, administra y gestiona el colegio. Diferentes comisiones de padres asesoran y colaboran con este Consejo, asumiendo funciones y responsabilidades dentro del colegio: representación ante entidades públicas, mantenimiento, obras, asuntos sociales, talleres de artesanía, organización de fiestas, etc. Por otro lado, los padres participan también en la elaboración del programa escolar: hay reuniones mensua-les con los padres de cada clase. Las explicaciones de los maestros ayudan a los padres a comprender los porques de la metodología Waldorf y, del mismo modo, las sugerencias de los padres son atendidas por los maestros.
La Escuela Waldorf: Un centro cultural.
En una institución Waldorf, las actividades culturales se unen a las pedagógicas: conferencias sobre temas muy diversos, cursillos de arte (pintura, modelado, euritmia) y talleres (metales, carpintería, tejido, juguetería y artesanía), etc, están abiertos a padres, amigos y vecinos del colegio. Otros actos culturales, como conciertos de la orquesta del colegio o recitales de solistas, representaciones de teatro y euritmia atraen por su calidad, la atención de muchas personas que viven en la zona.
Hay tres actividades particulares de los Colegios Waldorf: — Las representaciones mensuales de teatro, en las que los chicos del colegio muestran a los padres alguna experiencia pedagógica realizada durante el mes en la clase. — La puesta en escena de un clásico por la clase de 8º de primaria con varias funciones públicas para padres y amigos. — Los mercadillos de Navidad, donde participan intensamente los padres en la preparación, venta y organización.
El fruto de los diversos talleres de trabajo se ofrece a la venta junto con productos naturales, y teatrillos, conciertos y charlas se suceden en un día o dos de «puertas abiertas». Con todo ello queremos dar una idea de la vida que late en estas escuelas que, al mismo tiempo, se insertan en el medio geográfico y humano. Hay escuelas Waldorf en áreas rurales, en núcleos urbanos, en ciudades peque-as y en zonas industriales, en países ricos y en países pobres. Un ejemplo de esta adaptación al medio lo muestra claramente la Escuela Waldorf de Hibernia situada en la cuenca del Ruhr, en Herne. Cuenta con más de 1.000 alumnos y cerca de 80 docentes.
Es una escuela integral que reúne distintos tipos de escuelas: Jardín de Infancia, enseñanzas primaria y secundaria, formación preparatoria profesional, formación profesional técnica, de ciencias sociales, escuelas técnicas de metalurgia, electricidad, madera, textil, asistencia social y bachillerato. Esta escuela, que tuvo sus orígenes en los talleres de la Sociedad Minera Hibernia, es autogestionada por padres y maestros, está reconocida oficialmente y representa una alternativa de planificación escolar y educativa con respecto a las refor-mas escolares impuestas «desde arriba». Según un estudio realizado recientemente, el 70% de los padres son obreros con diversas cualificaciones, el 18, 5%, empleados y funcionarios y el 9% de ellos ejercen profesiones liberales. Un principio de esta escuela consiste en concebir el trabajo práctico como medio de formación general, encaminado a conseguir una nueva calidad de aprendizaje.
Todo movimiento social es un «proceso de aprendizaje», por lo cual el potencial innovador de una sociedad reside en su capacidad de aprender. Esta capacidad de aprender autónomamente sólo puede desarrollarse mediante una pedagogía que conciba la educación como ayuda a la autorrealización del individuo. Así, en las escuelas Waldorf, mediante la cooperación de padres, docentes y demás personas o instituciones implicadas en los procesos educativos, se intenta que las experiencias pedagógicas y culturales generen nuevas formas de participación en concepciones, decisiones y responsabilidades tanto individuales como sociales.
Características de la Escuela WalDorf.
Dentro del marco social caracterizado en el apartado anterior, se desarrolla la actividad pedagógica propia-mente dicha. La meta primera de un maestro Waldorf es la de «despertar las facultades individuales del niño». Obvia-mente, el criterio del rendimiento del alumno se acepta sólo parcialmente. «El éxito del alumno como única medida de su rendimiento y como criterio de selección, conduce, más que a un fomento auténtico de sus dotes intelectuales, a una explotación de las mismas».
El pedagogo Waldorf sabe que, a cada proceso de aprendizaje y en cada «rendimiento», actúan conjuntamente un número grande de fuerzas psíquicas y espirituales. No se da sólo importancia a una asignatura concreta sino a la acción conjunta de las aptitudes que se desarrollan en los diversos campos de la enseñanza.
La interinfluencia de las distintas disciplinas hace posible un crecimiento armónico de las facultades psíquicas y su adecuada metamorfosis en las diferentes etapas evolutivas. En este sentido, con el programa Waldorf se pretende equilibrar la adquisición de conocimientos intelectuales con la constante práctica de actividades artísticas y artesanales.
Las diferentes asignaturas y actividades se integran en un conjunto coherente y orgánico. De esta manera, el profesor, que conoce las facultades psíquicas potenciales del niño, trabajará diariamente para la coordinación entre la esfera consciente de las percepciones sensoriales y representativas, en la esfera semiconsciente de la sensibilidad, la emotividad y la memoria, y la inconsciente de la voluntad, con el objetivo de equilibrar esas tres fuerzas interiores del hombre: las del pensamiento, las del sentimiento y las de la voluntad. La programación escolar Waldorf se hace en función del desarrollo fisiológico y psíquico del niño. Es decir, el plan de estudios tiene en cuenta las diferentes etapas evolutivas del niño (las aceleraciones provocan a la larga daños irreversibles) y la realidad social del entorno.
El plan escolar no puede ser fijo sino que debe recrearse en cada momento y adaptarse a cada niño, lo que exige la continua preparación del profesor. De aquí que el mismo profesor acompañe a la misma clase desde 1º a 8º de Básica, lo cual ayuda a conocer profundamente a los alumnos. Este profesor de las materias intelectivas es acompañado a su vez por un equipo de profesores que dan asignaturas artísticas o artesanales (euritmia, pintura, educación física, carpintería, forja, etc.).
El profesor-tutor trabaja sus asignaturas intelectivas por el «método de períodos» en la llamada «clase principal». Durante 3-4 semanas se trabaja en una asignatura cada mañana por espacio de 2 horas; después vienen las asignaturas artísticas, rítmicas y artesanales, que se dan en días fijos en forma continuada. Se pueden enumerar otras características de las escuelas Waldorf: por ejemplo, el hecho de que no existan notas. El trauma del «fracaso escolar» y del cultivo de la competitividad no se producen aquí.
El profesor de «clase principal», que conoce bien a sus alumnos, elabora a final de curso un boletín que caracteriza las facultades de cada chico y su situación real, en qué debe mejorar, etc. Los chicos de un grupo continúan juntos los 13 años de formación de primaria y bachillerato y, al final, unos van a la Universidad y otros a la Formación Profesional o artística. Lo decisivo es que el joven, ya sea como enfermera, intelectual o artesano, puede situarse en la vida con una amplia formación cultural. (A este respecto existe un estudio elaborado por el Ministerio de Educación alemán donde se detallan porcentajes sobre profesiones de diversas promociones de alumnos Waldorf: Der Spiegel nº 51/81).
En todos los cursos, los alumnos elaboran los libros de texto de todas las asignaturas. La Biblioteca de clase es un elemento principal para fomentar la consulta y la lectura. Desde 1º de Básica se estudian de manera viva dos lenguas extranjeras y los chicos y chicas participan en todos los trabajos artesanales. Las materias se enseñan de forma que los chicos vivan los procesos, descubran las leyes de la naturaleza y se despierte su interés por el mundo, los seres y las cosas.
Todas las asignaturas tienen la misión de despertar facultades y la presentación que de la materia hace el profesor y su actitud depende de la etapa evolutiva en que se encuentren los alumnos. Podríamos añadir otras características, pero la descripción total del programa o plan de estudios no tiene cabida en este corto artículo. Para concluir, reseño lo que un profesor ha dicho de la Escuela Waldorf: «Nosotros vemos en la enseñanza misma y en la educación un proceso artístico. De ese modo, la actividad pedagógica se entiende como una promoción de las facultades de comprensión, de la creatividad y de la responsabilidad social que se despliegan en el individuo. Así la pedagogía se convierte en una participación creadora en el proceso de cada hombre y de la sociedad».
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