martes, 21 de abril de 2009

Ver tres o cuatro horas la tele dobla el riesgo de hiperactividad

Los menores de dos años que ven la televisión entre tres y cuatro horas al día tienen un riesgo entre 30 y 40 por ciento mayor de sufrir un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), una patología que afecta a entre el 7 y 15 por ciento de los niños en España, según la Asociación Española de Pediatría (AEP)
Según el pediatra-psiquiatra Paulino Castells, autor del libro 'Nunca quieto, siempre distraído ¿Nuestro hijo es hiperactivo?' que se acaba de publicar, diversos estudios relacionan la cantidad de horas que pasan los niños frente al televisor y la falta de atención.
"Cada hora de consumo de televisión en niños entre 1 y 3 años incrementa un 10 por ciento las probabilidades de presentar trastornos de atención a la edad de 7 años. Esta cifra aumenta al mismo tiempo que lo hacen las horas de consumo de televisión. Así, en los niños que ven la televisión de 3 a 4 horas, el riesgo se sitúa entre el 30 y 40 por ciento respecto a los que no lo hacen", apuntó.
"Estos datos no serían alarmantes si no fuera por que, según trabajos realizados en Estados Unidos, más del 35 por ciento de los menores de un año ven a diario la televisión una o dos horas, cifra que se incrementa al 44 por ciento en menores de dos años", añadió.
La Asociación Española de Pediatría (AEP), al igual que otras sociedades científicas como la American Academy of Pediatrics, aconseja que los niños menores de dos años no sean expuestos a ningún tipo de pantalla, ni de televisión ni de ordenador.
FACTORES PSICOSOCIALES DE RIESGO
Junto a la televisión, se han identificado otros posibles factores psicosociales que pueden generar trastornos de atención, como vivir en un medio urbano desfavorecido o de pobreza, la malnutrición, la exclusión social, los malos cuidados en los primeros días de vida o problemas familiares o de violencia doméstica.
Asimismo, en la actualidad se da importancia a los factores alimentarios, como las alergias, las intolerancias, los aditivos o los contaminantes, que podrían desencadenar un TDAH, y a los tratamientos dietéticos, que pueden mejorar este trastorno.
Se han detectado también factores biológicos que pueden actuar negativamente, como las complicaciones en el embarazo y en el parto. "Es fundamental conocerlos para poder prevenir, en la medida de lo posible, este trastorno. La detección se suele retrasar hasta el momento de la escolarización, a partir de los cinco años, ya que es en esa fase cuando la posible conducta de impulsividad, hiperactividad y la falta de atención se manifiesta clara", concluyó.

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