Prácticas como la episiotomía, el goteo de oxitocina y el rasurado, son cuestionadas
Hoy, las mujeres eligen ser madres más tardíamente, cuentan con mayor información y se involucran más con su embarazo. Por eso exigen protagonismo en el nacimiento de sus hijos, y buscan que el parto sea lo más natural posible. "Hay una tendencia a volver a los partos de antes, sin tanta intervención médica y reemplazando prácticas como la rotura artificial de bolsa, la administración de analgésicos y sustancias para acelerar el parto por métodos no farmacológicos: respiración, masajes", señala el doctor Ernesto Beruti, jefe del Servicio de Obstetricia del Hospital Austral. En tanto, algunos procedimientos médicos que se hacían de rutina, han demostrado carecer de todo fundamento científico y comienzan a ser desterrados, destacan las obstetras Silvina Peirú, de la Red Latinoamericana por la Humanización del Parto (Relacahupan) y Claudia Alonso, asesora de la Asociación Civil Dando a Luz. Aquí, los especialistas desmitifican algunas de estas prácticas.
1) La episiotomía evita desgarros. Falso Se trata de un corte realizado en el periné con la intención de ampliar y acortar el canal de parto. "Su uso se ha generalizado a pesar de que la evidencia científica muestra que no sólo no evita los desgarros, sino que lleva incluso a provocarlos", señala la obstetra Silvina Peirú, integrante de Relacahupan. Además, se trata de una práctica molesta, de recuperación lenta y dolorosa. "El concepto actual es darle un uso restringido, sólo cuando se necesita", aporta el obstetra Ernesto Beruti, del Hospital Austral. "En la Argentina, el 90% de los partos son con episiotomía, cuando sólo sería necesaria en un 30% de los casos".
2) La administración de oxitocina acelera el parto. Verdadero, pero esto no es beneficioso. La oxitocina es una hormona que produce naturalmente la hipófisis para que se produzca el parto. Al administrarla artificialmente por vía endovenosa ("goteo"), las contracciones se vuelven más frecuentes y dolorosas, por lo que exigen analgésicos o anestesia peridural para sobrellevarlas. "Cuando no se respetan los tiempos normales de la mujer, esto da lugar a una catarata de intervenciones médicas que transforman el parto natural en un parto de riesgo que necesita mayor vigilancia y aumenta las chances de cesárea", advierte la obstetra Claudia Alonso, de la Asociación Dando a Luz.
3) El enema evacuante previene infecciones. Falso Esta molesta práctica resulta hoy totalmente obsoleta. "En el pasado se creía que prevenía las infecciones por contacto con la materia fecal, pero no hay evidencia científica que la justifique", señala Beruti.
4) La anestesia peridural facilita a la mujer el trabajo de parto. Depende el caso. Aquí las opiniones están divididas. El doctor Beruti opina que "en muchos casos es recomendable porque las mujeres sin dolor disfrutan y colaboran más". Para Alonso, "la anestesia sólo debe aplicarse cuando la mujer así lo pide, o en caso de una cesárea. Nunca en forma rutinaria". Peirú destaca en cambio que "es una intervención más, y su indicación debe ser cautelosa, ya que tiene algunos riesgos y duerme músculos que necesitan estar despiertos durante el parto".
5) El rasurado perineal evita infecciones. Falso Por el contrario, "expone a la mujer a infecciones como la foliculitis o piodermitis", dice Alonso. "Cuanto menos agredamos la zona perineal, mejor. El rasurado es incómodo para la mujer, genera prurito cuando el vello comienza a crecer", agrega Peirú. Además, el vello no incomoda el parto ni es obstáculo si hubiera que realizar una sutura.
6) La postura de parto acostada y con las piernas en alto es más cómoda. Falso Los especialistas consultados coinciden en señalarla como "la menos fisiológica de las posiciones", que sólo resulta cómoda para los médicos. La mejor posición es aquella que la mujer elija: de pie, en silla de parto, o en cuclillas.
7) En la Argentina se realiza un número alarmante de cesáreas sin necesidad. Verdadero La opinión es unánime en este punto. En el país, entre el 30 y el 45 % de los partos son por cesárea (según se trate de instituciones públicas o privadas), cuando en países escandinavos la media es del 12 % y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda no hacerlo en más de un 15% de los casos. Razones culturales y estructurales (hábitos intervencionistas de los médicos, temor a demandas en caso de problemas durante el parto, falta de tiempo e infraestructura), impiden que el nacimiento sea un hecho natural y con la mínima intervención.
8) Ser madre después de los 40 aumenta las complicaciones del embarazo y el riesgo de alteraciones cromosómicas del bebé. En parte. Hoy es cada vez más común postergar la maternidad. El principal riesgo de ser madre después de los 35 es el aumento de la posibilidad de que el niño padezca alguna alteración cromosómica, siendo la más común el síndrome de down. Por eso se recomienda a las madres mayores de esa edad realizarse una ecografía especial (NT Plus 11-14) entre las 11 y las 14 semanas de embarazo, para descartar este tipo de patologías. En cuanto a complicaciones como la hipertensión o problemas con la placenta, si bien son más frecuentes, tienen solución mediante el control estricto del embarazo.
9) Algunos estudios genéticos pre natales son riesgosos. Verdadero. Si bien la ecografía NT Plus, que se hace entre las 11 y las 14 semanas no es riesgosa, estudios posteriores como el de vellosidades coriónicas o la amniocentesis (suelen aplicarse cuando da mal el anterior) tiene un riesgo del 1 % de perder el embarazo. En el primer caso, se recomienda realizarlo a las mamás mayores de 35 o con antecedentes de alteraciones cromosómicas en la familia (aunque en algunos países se hace a todas las embarazadas). En el segundo caso, el profesional y los futuros padres deben sopesar muy bien los riesgos de este estudio invasivo, frente a los beneficios que se pretende obtener con el diagnóstico.
10) Abusar de las ecografías puede ser perjudicial para el bebé. En parte Los criterios al respecto son diversos. Para el doctor Beruti, "no se precisan más de 3 ecografías, aunque en las instituciones privadas se realizan muchas más": la primera entre las 8 y las 11 semanas, para ver cuántos bebés hay y si están bien implantados. La segunda en la semana 12, cuando ya se puede ver el sexo. La tercera es la más importante, entre las 22 y las 24 semanas, para evaluar el estado general del bebé. Peirú coincide en recomendar una ecografía por trimestre, y destaca que en la Argentina "se abusa de este método". La inocuidad de la ecografía "está en revisión. No contamos con información sobre los efectos de los equipos más actuales". Por otra parte, las ecografías en 4 D resultan muy simpáticas para filmar al niño y mostrarlo a parientes y amigos, pero no aportan mayores detalles para el diagnóstico médico Chequeos antes de ser mamá Antes del embarazo, lo ideal es hacer una consulta pre natal que incluya un examen físico completo, chequeo de parámetros de laboratorio (hemograma, glucemia, detección de enfermedades de transmisión sexual, toxoplasmosis, cultivo de orina, grupo y factor sanguíneo). Una vez determinado el embarazo, visitar al obstetra mensualmente hasta el séptimo mes, cada 15 días hasta el octavo y luego semanalmente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un mínimo de cinco controles durante el embarazo. Es recomendable que las mujeres mayores de 35 reciban asesoramiento genético.
Fuente: La Nación
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