La exposición de una mujer embarazada a un ambiente con mucha polución aumenta el riesgo del hijo de padecer asma, debido a cambios genéticos que se producen dentro del útero.
Así lo afirman hoy investigadores de la Universidad de Cincinnati y la Columbia University Mailman School of Public Health (EEUU) en la revista "PLoS One".Tras estudiar la sangre del cordón umbilical de niños nacidos en Nueva York, los científicos han descubierto una relación entre la exposición de la madre a un aire contaminado por el tráfico, cambios epigenéticos en un gen concreto y el posterior desarrollo de asma en el niño antes de los cinco años.La exposición a hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH, en sus siglas en inglés) -compuestos químicos que resultan de la combustión incompleta de combustibles con carbono, típicos de áreas con alta densidad de tráfico- se ha asociado con la aparición de diversas enfermedades, como el cáncer o el asma infantil.Ahora se sabe, además, que el feto sufre los efectos de esa exposición mientras se encuentra en el útero materno.Los PAH desencadenan una alteración epigenética en el gen ACSL3, que actúa en el pulmón.Los cambios epigenéticos pueden perturbar el desarrollo de los genes y por tanto influir en su actividad, pero sin originar cambios estructurales ni mutaciones en el material genético.Los científicos consideran que la exposición "transplacenta" a los PAH podría reprogramar los genes del feto que están implicados en la inflamación de las vías respiratorias y el asma durante la infancia.La reprogramación genética es el resultado de la interacción de los genes de un organismo con el medio ambiente.El equipo investigador analizó los glóbulos blancos de la sangre de cordón umbilical de 56 niños neoyorquinos en busca de alteraciones epigenéticas relacionadas con la exposición prenatal a la sustancia contaminante.Antes de eso, los científicos habían medido la exposición de las madres a un ambiente con alta polución durante el embarazo.Descubrieron una importante relación entre los cambios de ACSL3, la exposición materna a PAH y la aparición de síntomas de asma antes de los cinco años.Según los investigadores, la detección de los cambios epigenéticos en ese gen podría servir como un biomarcador que detectara el riesgo del niño de padecer asma."Nuestra investigación apoya la idea de que las exposiciones ambientales pueden interactuar con los genes durante periodos clave del desarrollo y así desencadenar la aparición de enfermedades más tarde en la vida", explica el responsable de la investigación, Shuk-mei Ho
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