jueves, 19 de febrero de 2009

La depresión de las madres puede afectar el sueño de los bebés

Según un estudio de la Universidad de Michigan (UM) los bebés de las madres que sufrieron depresión antes de quedar embarazadas o durante el embarazo, tienen más probabilidades de padecer alteraciones del sueño en los primeros seis meses de vida.
Estos bebés pueden reflejar en el sueño un cuadro depresivo como el de sus madres, durmiendo más siestas durante el día pero con dificultad para calmarse y conciliar el sueño en la noche. A pesar de que la depresión tiende a continuar en forma hereditaria, no es definitivo que los bebés padezcan la enfermedad que han sufrido sus madres. Así como tampoco hay que suponer que los bebés de padres ¨sanos¨ no tienen ninguna posibilidad de sufrir depresión.
El estudio señala que los seis primeros meses de vida de un bebé son fundamentales para establecer las pautas regulares del sueño y vigilia. Estos patrones de conducta son conocidos como ritmos circadianos y son necesarios para que el niño tenga un futuro saludable.
Por eso es importante que los padres estén alerta, especialmente si en la familia hay historiales depresivos, para que sean precavidos y puedan ofrecer buenas condiciones para el sueño de los bebés desde el nacimiento.
“La privación crónica del sueño está relacionada con un riesgo elevado de depresión en todas las personas. En las nuevas madres debido a los cambios hormonales y la necesidad de recuperarse del embarazo y del parto, la privación del sueño puede ser realmente un problema”, señala el estudio.
Durante los primeros dos meses, los bebés necesitan dormir de 11 a 18 horas, los próximos diez meses necesitan de 11 a 15 horas de sueño. Y entre el primer y tercer año es necesario que duerman de 12 a 14 horas.
La investigación recalca que es esencial mantener un horario regular para dormir y que tanto los adultos como los niños deben tener una hora estable para ir a dormir, de esa manera será menos caótico el sueño durante la noche.

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