Un estudio desarrollado en Holanda revela que las embarazadas que tienen un bajo nivel de educación formal son más propensas que el resto a sufrir un parto prematuro.
La mayor parte del riesgo parece provenir de las desventajas de contar con una baja calidad educativa, más que por el valor del currículum en sí.
Un equipo dirigido por Pauline W. Jansen del Centro Médico Rótterdam de la Universidad de Erasmus investigó a 3.830 embarazadas holandesas de unos 31 años de edad y hallaron que las que tenían un menor nivel educativo eran un 89 por ciento más propensas a tener un parto prematuro que aquellas con mayor educación formal.Al parecer las mujeres con bajo nivel educativo acumulan más estrés psicológico y cuentan con estilos de vida poco saludables como tabaquismo, consumo de alcohol y un mayor índice de masa corporal además de problemas económicos y otras dificultades.
La misma doctora Jansen comentó que “los factores identificados en el estudio, como la edad joven, el estrés, el tabaquismo o el sobrepeso, se pueden modificar a través de distintas intervenciones” y sugieren invertir en políticas de reducción de riesgos modificables y en la investigación de otros factores como podrían ser el intervalo entre embarazos, la dieta y la vaginosis bacteriana.
El estudio en definitiva demuestra que las mujeres con menos recursos y con hábitos menos saludables tienen un riesgo superior de parto prematuro que el resto. Quizás éste titular sería más correcto que asociarlo directamente con el nivel de estudios pese a que una cosa suele ir relacionada con la otra.
Nunca se sabe, quizás algún día llegue el momento en que el nivel educativo no determine el puesto en la sociedad.
La mayor parte del riesgo parece provenir de las desventajas de contar con una baja calidad educativa, más que por el valor del currículum en sí.
Un equipo dirigido por Pauline W. Jansen del Centro Médico Rótterdam de la Universidad de Erasmus investigó a 3.830 embarazadas holandesas de unos 31 años de edad y hallaron que las que tenían un menor nivel educativo eran un 89 por ciento más propensas a tener un parto prematuro que aquellas con mayor educación formal.Al parecer las mujeres con bajo nivel educativo acumulan más estrés psicológico y cuentan con estilos de vida poco saludables como tabaquismo, consumo de alcohol y un mayor índice de masa corporal además de problemas económicos y otras dificultades.
La misma doctora Jansen comentó que “los factores identificados en el estudio, como la edad joven, el estrés, el tabaquismo o el sobrepeso, se pueden modificar a través de distintas intervenciones” y sugieren invertir en políticas de reducción de riesgos modificables y en la investigación de otros factores como podrían ser el intervalo entre embarazos, la dieta y la vaginosis bacteriana.
El estudio en definitiva demuestra que las mujeres con menos recursos y con hábitos menos saludables tienen un riesgo superior de parto prematuro que el resto. Quizás éste titular sería más correcto que asociarlo directamente con el nivel de estudios pese a que una cosa suele ir relacionada con la otra.
Nunca se sabe, quizás algún día llegue el momento en que el nivel educativo no determine el puesto en la sociedad.
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