Por Joene Hendry
Con la ayuda de los médicos, las mujeres que buscan tener un hijo deberían llevar un registro de los remedios que usan, según indicaron médicos en Canadá que hallaron que muchas embarazadas toman fármacos que causan malformaciones congénitas.
Algunos medicamentos que pueden dañar al feto, como los antiepilépticos, son necesarios en el embarazo, dijo a Reuters Health Anick Berard, de la University of Montreal, en Quebec.
Otras medicinas, como las que se usan para tratar el acné grave o la ansiedad, los fármacos psiquiátricos, los antibióticos y otros medicamentos para tratar problemas cardíacos y otras enfermedades, "pueden y deben evitarse", dijo Berard.
Las mujeres, agregó la autora, deberían comprender los efectos adversos de los fármacos que toman y planificar el embarazo para evitar o minimizar los riesgos para los bebés.
Durante cinco años, entre enero de 1998 y el último día del 2002, el equipo de Berard analizó las recetas que renovaron embarazadas de medicinas que tenían riesgo para el feto.
El estudio, publicado en BJOG: An International Journal of Obstetrics and Gynaecology, reveló que el 56 por ciento de 109.344 embarazadas renovaron por lo menos un fármaco. Un 6,3 por ciento (6.871 mujeres) lo hicieron con por lo menos un remedio que tenía riesgos para el feto.
"Esos embarazos estuvieron asociados con un aumento de la cantidad de abortos inducidos clínicamente y de partos de bebés con malformaciones congénitas graves, con respecto de la población general", concluyó el equipo.
El 47 por ciento de las gestaciones de bebés que habían estado expuestos a fármacos riesgosos terminó con un aborto inducido. El 6 por ciento de esos embarazos sufrió un aborto espontáneo.
En cambio, en el grupo que no había estado expuesto a fármacos dañinos para los bebés, un 36 por ciento de los embarazos sufrió una inducción del aborto y menos del 5 por ciento, un aborto espontáneo.
El equipo identificó defectos congénitos en el 8,2 por ciento de 2.842 bebés que habían estado expuestos a fármacos riesgosos en la gestación, a diferencia del 7,1 por ciento de los 59.287 bebés sin aquella exposición. Esa, señaló el equipo, es una "diferencia estadísticamente significativa".
De todos modos, los autores insistieron en que no se puede concluir que la exposición a los medicamentos fuera la causante de las malformaciones. Esos embarazos habrían estado expuestos también a otras sustancias dañinas o enfermedades maternas riesgosas.
El equipo les recomienda a los médicos cuidar a las mujeres en edad reproductiva y realizar una revisión farmacológica exhaustiva antes de un embarazo o cuando exista una concepción no planificada.
FUENTE: BJOG: An International Journal of Obstetrics and Gynaecology, diciembre del 2009
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