El sondeo, realizado entre 10.000 féminas de entre 15 y 75 años a petición del Instituto de la Mujer, muestra que el aumento del nivel educativo entre las mujeres y su mayor participación en el mundo laboral han repercutido directamente en la familia.
El estudio "Fecundidad y trayectoria laboral" apunta que los problemas para compaginar familia y trabajo se incrementan en las generaciones más jóvenes, puesto que antes la mujer solía dejar su empleo con el nacimiento del primer hijo, algo que ahora no ocurre.
"Para las mujeres de entre 20 y 34 años, un segundo y un tercer hijo supone un incremento significativo en los problemas laborales, pasando del 73,2% en el primer hijo al 80,3% y al 83,7% para el segundo y el tercero, respectivamente", dijo la demógrafa Margarita Delgado en la presentación del estudio.
Además, un 11,9% de las mujeres de entre 65 y 74 años dijo haber visto limitada sus posibilidades de promoción por la maternidad, cifra que ascendió hasta el 20,3% para las de entre 20 y 34 años.
Delgado destacó que el número de mujeres que no son madres a los 50 años permanece estable en entre un 8 y un 12 por ciento, por lo que no que no es que haya un rechazo a la maternidad, aunque sí existe una limitación en lo que respecta al número de hijos.
El estudio dice que también que hay muchas diferencias en el inicio de la convivencia en pareja y el número de hijos en función de si la mujer trabaja y del tipo de ocupación que tiene.
"Se establece otra división entre las mujeres en función de su nivel de estudios. Mientras que las que tienen estudios elementales se casan y tienen su primer hijo antes de conseguir un trabajo estable, las de niveles medios o superiores invierten esta secuencia y dan prioridad a la obtención de un trabajo estable como condición previa al matrimonio y a la llegada de un hijo", dijo Delgado.
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