En Chile, el Waldorf existe desde 1967, cuando el antropósofo Claudio Rauch inicia algunos seminarios dando a conocer el pensamiento de Steiner y funda el Colegio Miguel Arcángel para niños con retraso.
María Luisa Ruiz es profesora fundadora del Colegio Giordano Bruno, el primer establecimiento en enseñar bajo este método. Con más de 30 años de trayectoria tanto en el colegio como en el currículo, ella conoce en detalle las diferencias y virtudes de este método.
“En este método se consideran tres aspectos fundamentales del ser humano: el pensamiento, el sentimiento y la voluntad. Entonces, se actúa integralmente hacia esos tres elementos, que en el paso de la vida van cambiando su correlación”, señala la educadora.
El método divide su currículo educacional en tres etapas de aprendizaje de siete años cada una: “Kindergarten” que va entre cero y siete años de edad, “Enseñanza Básica”, de siete a 14 y “Enseñanza Media”, de entre 14 a 21 años. Ruiz, explicó de manera gráfica las diferencias entre estos periodos, al mismo tiempo de caracterizar el enfoque de esta metodología.
“Tú lanzas una pelota en la mitad de (Avenida) Colón y estamos aquí junto a un niño. Lo primero que hace un niño del primer septenio es salir detrás de la pelota; lo que hará uno que está en el segundo septenio es tener harto miedo y ver qué pasa y después va detrás de la pelota; y uno del tercer septenio va a pensar ‘no voy detrás de la pelota porque podría rescatarla sin ser atropellado’. Entonces, esas tres etapas marcan una diferencia muy grande de pensamiento, porque el primero sólo actúa, el segundo siente y después actúa, pero el tercero piensa, siente y actúa. Acá hay un cambio cualitativo de cada tema en un determinado momento”.
La evaluación en una institución Waldorf
Para que una educadora pueda hacer clases bajo este sistema, debe inscribirse en un seminario de antroposofía, que es la base filosófica del Waldorf. Sin esta base de conocimiento, no puede ejercer este método ni mucho menos hacer clases. “La educadora debe tener la antroposofía como base porque si no, no va a tener un proyecto donde sostenerse, para darle a los niños lo que requieren en cada momento de su desarrollo”, aclara la académica.
¿Cómo se evalúa entonces el desempeño de los niños?
Somos un colegio colaborador de la función educacional del Estado chileno con un plan especial aprobado por el Ministerio de Educación, donde los niños no tienen que dar exámenes libres. Dentro de ese plan, la evaluación es conceptual y queda entre Mineduc y nosotros. Ni los padres ni los niños saben las notas que nosotros ponemos porque no queremos que influya eso en el aprendizaje. Aquí se trabaja por colaboración, no por competencia.
Considerando las diferencias que hay entre el Waldorf y el currículo tradicional, ¿usted cree que este método puede resultar efectivo en una sociedad como la nuestra?
Sí, pero sobre la base de un gran compromiso mutuo entre el colegio y los apoderados para dar vida a la forma cotidiana de los niños. Cuando hay desacuerdos, debemos resolverlo entre adultos y no con los niños entremedio.
Imita, imagina y crea
Dependiendo del estado cognitivo del niño, cada septenio tiene una base de aprendizaje específica: en el primer ciclo el niño debe imitar lo que ve para luego llevarlo a la práctica hasta perfeccionarlo. En el siguiente nivel el niño percibirá de manera sensible lo que aprende usando elementos artísticos que lleguen a sus emociones. Finalmente, en el último nivel, y luego de haber logrado los propósitos de las etapas anteriores, el niño estará apto para comprender, razonar, sentir y luego actuar de acuerdo a lo que ha pensado.
En este tránsito, el uso de juguetes que estimulen su interés y pasión por aprender es fundamental, porque no son simples elementos con lo cuales el niño se divierte, son más bien artículos puestos a su altura para que entre en contacto con lo cotidiano y aprenda con seguridad. “Porque todo lo que ellos vean lo tienen que proyectar. Entonces la juguetería está inclinada a los niños pequeños”, acota María Luisa Ruiz.
Otro elemento esencial a tomar en cuenta es el uso de la imaginación. Curiosamente había entre los juguetes muñecos que no tenían rostro. La pedagoga señaló que “si tú les pones una muñeca que sonríe, no le das la posibilidad de que tenga pena. Al juguete hay que darle vida con tu imaginación”.
¿Entonces estos juguetes también son como herramientas de trabajo de los niños?
Son elementos de trabajo a nivel del niño, pero tiene que ser todo imitable y que ellos lo puedan ocupar con seguridad. No le vas a pasar un cuchillo con filo porque se puede cortar, pero sí algo con lo que pueda cortar algo porque la mamá lo está haciendo.
Un niño activo y no excesivamente dependiente
Para Steiner, el potencial existente en el ser humano y la posibilidad de desarrollarlo propiciará el aporte al orden social.
¿De qué manera ustedes notan ese potencial? ¿Cómo lo logran desarrollar?
La antroposofía es una concepción del Hombre que no busca una cuestión mística, sino que define al Hombre como un actor social efectivo en la sociedad, esto es, hacer buena medicina, buena agricultura, buena pedagogía, lo que significa que haya un buen médico, un buen agrónomo y un buen profesor. Y eso es lo que aspiramos a hacer.
En el caso que un niño quiera estudiar en un recinto Waldorf, ¿necesita algún requisito para ingresar?
No, sólo es por orden de llegada y la comprensión de lo que ofrece la pedagogía Waldorf. Aquí hay niños de todas las religiones, de todas las condiciones sociales y en caso de que un niño de la calle golpee la puerta, él va a entrar y le vamos a conseguir una beca. Aquí funcionamos bajo una política de integración, porque incluso hay niños discapacitados, tanto en lo físico como en lo psicológico.
¿Qué objetivos deben cumplir los niños que aprenden bajo el método Waldorf para pasar de una etapa a otra?
Sólo cumplir la edad, porque acá los niños no repiten. Acá parte un grupo, que le llamamos “alma grupo”, y parten juntos, como un cardumen. Y ellos permanecen siempre juntos porque cada cual debe entregar lo mejor de sí y lo que le hace falta al otro. Entonces juntos van avanzando.
Al final de cada etapa, ¿qué habilidades habrá adquirido el niño al egresar de un colegio Waldorf?
Si el niño ha sido educado a la luz de algunas de las ideas antes expuestas y otras más, va a tener muchas oportunidades, porque son niños fuertes y muy adaptables. El niño egresado debe tener conocimiento de muchas materias así como habilidades para la vida práctica, y para eso tienen diversos talleres donde pueden aprenderlo, así tendrán muchas habilidades para vivir en este mundo.
1 comentario:
Somos una pareja de artesanos (Carmen y Jose) que hemos educado a nuestros hijos en la escuela Waldorf “Escuela Libre Micael” de Madrid. Es por eso que hemos conocido esta pedagogía y hemos desarrollado en nuestro taller una línea de Juguetes Waldorf.
Ahora junto con otros artesanos tenemos una web con la que podemos servir nuestros productos a cualquier parte del mundo. Podéis verlos en el siguiente enlace:
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Un saludo y gracias por vuestro tiempo.
Carmen
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