lunes, 27 de septiembre de 2010

Dejad que los niños se aburran

Piano, tenis, informática, talleres, idiomas, exposiciones... Los niños viven con auténticas agendas de ministro. Con poco tiempo para jugar y para desarrollar la imaginación, tanta actividad les estresa, dicen los especialistas. Lo ideal: encontrar lo adecuado para cada niño en función de su carácter y gustos

Hace unos años, los padres de Irene, para premiarla por las buenas notas que había sacado y por cómo destacaba en todo lo que emprendía, quisieron hacerle un regalo: “¿Qué quieres hacer este verano?”, preguntaron. La joven, de 15 años, respondió, sin dudarlo: “Quiero no hacer nada. Quedarme en casa.? Disfrutar del privilegio de no tener obligaciones”. Desde que tenía 4 años, no había parado: ballet, natación, tenis, equitación, esquí, veranos en Inglaterra, Francia, Estados Unidos... La joven estaba cansada.
Este caso, facilitado por una de nuestras lectoras, ilustra muy bien el actual problema con el que nos enfrentamos los padres en relación con las actividades extraescolares de nuestros hijos: que a veces nos pasamos, aunque nuestra intención no sea mala, como explica la psicóloga infantil Coks Feenstra: “Los padres de hoy en día quieren dárselo todo a los hijos y ofrecerles mejores oportunidades de las que ellos tuvieron”.

Agendas de ministro

“No escatiman esfuerzos para conseguirlo y buscan actividades que prometen enseñarles idiomas o a ser un buen deportista –continúa la psicóloga–. Desean tanto hacer todo lo que puedan por su hijo, que éste llega a estar excesivamente ‘programado’. Niños de 3 años que reciben clases de inglés o de matemáticas hoy en día no son ninguna excepción. Los americanos lo llaman la ‘hiperpaternidad’, son padres con excesivo celo”.
Darles lo que no hemos tenido, prepararles para el futuro son algunas causas por las que nuestros hijos tienen agendas de ministro. Pero también, como apunta Mara Cuadrado, psicóloga infantil y juvenil de Quality Psicólogos, se debe “a un intento de los padres de coordinar sus agendas con la de sus vástagos, de forma que la salida laboral de ellos y la extraescolar de los niños coincida. Otros quieren que sus hijos se relacionen con chicos de cierta clase social, sin tener en cuenta los deseos de los pequeños; y también están los que lo hacen para minimizar la convivencia con los hijos”.

Niños estresados

El resultado es que alrededor del 40 por ciento de los niños españoles está estresado por su acelerado ritmo de vida, como estima la Sociedad Española de Psiquiatría.?Se les exige demasiado, se les obliga a competir y se angustian cuando no llegan o no están a la altura. “Acusamos a los hijos de que hoy en día son incapaces de soportar la frustración, y no nos damos cuenta de que a algunos padres nos pasa lo mismo. El resultado es que picotean muchas cosas para acabar tan saturados que pierden el interés..., y encima no les queda mucho tiempo para estudiar. El balance final es un discreto resultado académico y mucho cansancio”, afirma Mara Cuadrado.
Muchos no tienen tiempo para jugar y cuando disponen de tiempo libre no saben qué hacer con él. Algo que el psicólogo americano Alvin Rosenberg apunta en su libro Niños agotados: “El exceso de actividades puede matar la creatividad.? Por eso se aburren al cabo de un cuarto de hora si no se les organiza nada”

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