lunes, 1 de febrero de 2010

Partos a la carta, con y sin dolor en Galicia

En el último año el 25% de las mujeres embarazadas a las que les ofrecieron esta anestesia la rechazaron y optaron por un alumbramiento natural

La advertencia de «parirás a tus hijos con dolor» que le hizo Dios a Eva cuando la expulsó del Paraíso ya no depende en Lugo, desde hace varios años, de la disponibilidad de un anestesista para aplicar la epidural en los partos vaginales. La reivindicación copó páginas de periódicos hace seis años y no tanto porque desde la sanidad pública se negara el derecho, sino más bien por la falta de especialistas en el mercado laboral que quisieran trabajar en Lugo.

La escasez de este tipo de profesionales puso en pie de guerra a las embarazadas lucenses y a sus familias, que protagonizaron manifestaciones por las calles de Lugo, encierros en despachos de los gestores del Xeral para reclamar el acceso a la epidural, salvo en los casos en los que estuviera contraindicado este tipo de anestesia, y que enviaron escritos al entonces conselleiro de Sanidade y al propio Valedor do Pobo.

El fuego lo avivaron más los propios anestesistas, que, desbordados de trabajo y al verse en el ojo del huracán, aprovecharon para efectuar sus reivindicaciones.

Seis años después de aquella guerra abierta, que despertó más simpatías que antipatías, la situación está normalizada, según los actuales responsables sanitarios, y pendiente incluso de mejoras. Llegarán con la apertura del nuevo hospital, que dispone de salas de parto natural, con bañeras con hidromasaje. Fue un empeño personal de la anterior conselleira de Sanidad, María José Rubio, que incluyó esta prestación en el proyecto de complejo cuando se hizo cargo de este departamento.

La situación está normalizada desde que el Sergas contrató contrató un anestesista específico para atender partos vaginales y por cesárea. El 75% de las mujeres que paren por el canal natural la solicitan y acceden a ella, salvo que exista alguna contraindicación que no recomiende su uso, según explicó el director médico, Félix Rubial.

El otro 25%, de las menos de tres mujeres diarias que dan a luz en el Xeral, está optando por el parto natural, que es lo que empieza a marcar tendencia, según Rubial, que vivió las protestas muy de cerca porque en la época de mayor virulencia también ocupaba el mismo puesto al frente de la dirección médica, con Ramón Ares como gerente.

Rubial recuerda que en aquella época se encerraron en su despacho varias decenas de mujeres embarazadas, alguna de ella con el parto próximo, que reclamaban que la epidural no dependiera de la disponibilidad o no de un anestesista en ese momento, lo que creaba discriminaciones.

El encierro de mujeres embarazadas y de madres con hijos pequeños se producía el 11 de noviembre del año 2004. Previamente participaron en una manifestación que partió del Concello y recorrió varias calles de la ciudad con el lema «Epidural. Dereito de todas». Al paso por la entonces Delegación Provincial de Sanidade, situada en la calle Montevideo, entregaron una copia de las 5.000 firmas que también recibió el valedor do pobo.

Los participantes en la protesta fueron recibidos en su despacho por el director médico, que recogió otra copia de las 5.000 firmas y a quien le recordaron que seis meses antes habían protagonizado una protesta similar, pero no se había avanzado nada. También le explicaron que la Xunta había aprobado un plan en el año 2000, que estipulaba en uso de la epidural en el cien por ciento de los casos solicitados, en tanto que en Lugo solamente llegaba al 30%, porcentaje que incluía partos por cesárea.

Extraido: www.lavozdegalicia.es/

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