miércoles, 30 de junio de 2010

Los móviles y su influencia en la vida sexual

Una de las leyendas urbanas que acechan al mundo de la tecnología son las supuestas consecuencias que tiene el uso de aparatos hacia nuestra salud. Se ha escrito y dicho todo. Desde que el uso de teléfonos móviles aumenta la temperatura de nuestro cerebro, algo desmentido por estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud hasta que el uso de aparatos podía provocar impotencia sexual en los hombres por llevarlos en el bolsillo del pantalón.

La relación entre gadgets y sexo puede ser tratada de mil maneras, pero hoy nos vamos a centrar en si el uso (o abuso) de la tecnología puede tener efectos en la vida sexual de los usuarios. De momento, no existe ningún estudio concluyente que relacione la impotencia con llevar el móvil en el bolsillo.

Sólo algunos que relacionan un excesivo uso de la tecnología con la depresión, y uno de los síntomas habituales de ese tipo de trastornos es la falta de apetito sexual. Decimos relacionan, no causan. Es decir, que la gente deprimida puede utilizar más la tecnología y no que el abuso de ésta genere necesariamente depresión.

Peor calidad del esperma
Por otra parte, sí que existe un estudio, realizado por médicos especialistas en fertilidad de la Cleveland Clinic que relaciona las señales emitidas por los teléfonos móviles y la calidad del esperma. Los resultados de dicho estudio afirman que las emisiones electromagnéticas de los aparatos aumentan el número de radicales libres en el esperma, y reduce hasta en un tercio su calidad. Los mismo autores del estudio afirman que sería necesario realizar un estudio con muchos más sujetos para corroborar esta hipótesis.

Hasta aquí llegarían los estudios científicos sobre el tema. No existen evidencias empíricas que justifiquen otros aspectos más folclóricos, como si una posible adicción a la tecnología generase una falta de interés por las relaciones sexuales.

Mayor estrés laboral, menos deseo
De lo que sí que hay evidencia es de que a mayor nivel de estrés laboral, se puede producir un descenso de la libido. Y muchas veces, las personas con una vida laboral exigente utilizan aparatos y gadgets que les ayudan a estar conectados a su trabajo. Es decir, que funcionarían como herramientas que favorecen una adicción al trabajo o a un aumento del estrés, pero que por si solas (ni por sus emisiones ni por otros motivos), generan un descenso del apetito sexual.

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