lunes, 30 de agosto de 2010

Los cambios post parto del hombre

Bien conocida hasta ahora era la función de la oxitocina durante el parto a la hora de lactar al recién nacido de las mamas de su madre. Durante el parto estimulando las contracciones del útero (en concreto, de las paredes musculares del mismo), para hacer efectiva la expulsión del neonato. A la hora de dar de mamar, la oxitocina también tiene un papel protagonista, al inducir la contracción de células musculares que se sitúan alrededor de los conductos galactóforos (por donde sale la leche producida por las glándulas mamarias).

Lo que no se conocía hasta ahora era la función de la oxitocina en los hombres (concretamente, en el padre de la criatura), y cómo se comportaba en su organismo durante el embarazo y el parto de su hijo.

Está claro lo que pasa en el cuerpo de la madre, en donde el embarazo y el parto provocan un verdadero desorden hormonal: los niveles de oxitocina aumentan de forma importante en este período, permitiendo, aparte de las funciones referidas anteriormente, preparar a la madre para acoger al bebé y promover la formación de los lazos madre-hijo. Es por ello que la oxitocina también se conoce como “la hormona del abrazo”.

¿Y en el padre? ¿Qué sucede en ellos?

Investigadores de la Universidad de Bar-Ilan (Israel), con el profesor Feldman a la cabeza, han estudiado la presencia de esta hormona, la oxitocina, en el organismo de los padres. Y han constatado que en ellos también se producen pulsos de dicha hormona en su cuerpo. Esto les permite crear lazos con el chiquillo/a. Estos pulsos suceden en el momento del parto, pero también más adelante, durante los juegos y los abrazos con la criatura.

“Valioso estudio”, pensarán muchos. Pero el doctor Michael Craig, del King’s College londinense, viene a quitarle romanticismo al asunto. Porque, como bien recuerda el Dr. Craig: “Los aumentos de oxitocina también suelen ir ligados al estrés”.

¿Es la naturaleza quien prepara al padre para aceptar al hijo, o bien se aprovecha de la presencia del estrés para llevar a cabo su cometido?


Pero aún hay más interrogantes.

Si la oxitocina propicia el cariño entre madre e hijo, en los casos en que la madre rechaza a su bebé, ¿podríamos conseguir revertir la situación tratando a la madre con dicha hormona? ¿Y funcionaría también en el caso de ser el padre quien rechazara a su hijo?

Teniendo en cuenta que el estrés hace aumentar los niveles de oxitocina, ¿se puede llegar a tener síntomas similares a un parto tras un período de estrés prolongado? Esperemos que no; pero, por si acaso, he aquí unos consejos para evitar prolongar más de lo necesario un episodio de estrés. http://www.elblogantiestres.blogspot.com

Por: Dr. Francisco Marín Atención Primaria.

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